Asier AIESTARAN
DONOSTIA
BANDERA DE LA CONCHA 2018

Vence la regularidad de Hondarribia

La «Ama Guadalupekoa» se hizo con la 123ª Bandera de La Concha tras imponerse en el emocionante mano a mano protagonizado con Zierbena. Las diferencias fueron mínimas durante toda la regata, pero los guipuzcoanos cogieron la delantera en el último cuarto para remontar "in extremis" y ganar el trapo por solo 90 centésimas.

Regatón para quitarse el sombrero, tanto ante Hondarribia y como ante Zierbena. La bandera fue finalmente para los guipuzcoanos, pero el espectáculo que ofrecieron las dos embarcaciones que se jugaban el triunfo fue sublime. Veinte minutos de pugna igualadísima, un mano a mano que quedará para el recuerdo.

Una victoria, la de Hondarribia, que viene a premiar la regularidad que viene mostrando durante estos últimos años, tanto en la Liga como en La Concha. Ganadores en 2013, fueron segundos en las tres próximas ediciones (2014, 2015 y 2016), y superado el borrón del año pasado, el color verde vuelve a dominar en la bahía donostiarra. Y también es el premio a una apuesta decidida por los remeros de la casa, por una cantera que sigue dando grandes resultados, seguramente porque el club y el entrenador Mikel Orbañanos apuestan por ella decididamente.

El sorteo de calles quiso que Cabo remara por la calle uno, Zierbena por la dos, Santurtzi por la tres y Hondarribia por la cuatro. La presencia de la «Sotera» entre las dos candidatas a la bandera podía ser decisiva a priori, pero ya desde la salida se vio que la pelea iba a ser cerradísima entre las dos favoritas. De hecho, mientras Santurtzi se descolgaba desde las primeras paladas, tuvieron que pasar unos 6-7 minutos de regata para que el GPS mostrara la primera diferencia entre Zierbena y Hondarribia, un segundo a favor de los "galipos".

La igualdad siguió siendo máxima durante todo el largo de ida, pero Zierbena también entraba por delante a la ciaboga. Casi dos segundos de ventaja que, viendo cómo se desarrollaba la regata, parecían hasta una ventaja considerable. La buena maniobra de los vizcainos hacía pensar que ese podía ser el momento clave de la regata.

Pero no fue así. Hondarribia, lejos de descolgarse, metió una marcha más en los primeros metros del largo de vuelta y volvió a meterse de lleno en la pelea. De hecho, Ioseba Amunarriz optó por escorarse a estribor y utilizar la quinta calle para volver, en una decisión que contrastaba con la tomada por las embarcaciones de la primera tanda, que habían preferido las calles centrales para volver, aprovechando que la marea empezaba a subir con fuerza.

Movimiento de calles

Al acercarse a la isla, la decisión obligó a la «Ama Guadalupekoa» a meterse de nuevo en su calle, la cuarta, que para entonces ocupaba ya Zierbena. Una situación que recordaba mucho a la que se vivió siete días antes y que acabó con el polémico choque de remos entre Urdaibai y Zierbena. Afortunadamente, en esta ocasión no sucedió nada parecido, y el mano a mano en el último cuarto de regata fue antológico.

Hondarribia acertó más en el embudo que se crea a la altura de la isla, y con una buena ola llegaron a contar con una trainera de ventaja en ese preciso momento. No es una gran diferencia, pero entrar en la bahía por delante pudo ser decisivo a la hora de poner la guinda a la prueba. Zierbena intentó subir el ritmo de paladas todo lo que pudo, pero el hueco fue ya insalvable y los dos segundos escasos de ventaja en meta –los jueces lo dejaron en 1,76– le bastaron a los guipuzcoanos para llevarse la bandera por 90 centésimas.

Tras una tensa espera para confirmar los tiempos, la alegría estallaba entre los hondarribiarras, cuya celebración fue doble al encontrarse el pueblo inmerso en sus fiestas.

Urdaibai y Orio

No obstante, cabe destacar que el 19:54.06 de Hondarribia no fue el mejor tiempo de la jornada. En la primera tanda, Urdaibai sacó toda la rabia acumulada durante la semana para imponerse con un registro de 19:46.78, casi 8 segundos menos que la «Ama Guadalupekoa», algo que inevitablemente retrotrae a la sanción de la primera jornada y sus consecuencias.

Orio, a su vez, se desquitaba del mal sabor de boca del domingo anterior con una gran regata, manteniendo el pulso a la embarcación de Bermeo hasta el final, cediendo por menos de 4 segundos en esa primera manga. Una actuación que tuvo como premio subir hasta la tercera plaza en la clasificación general de la bandera.

Los perjudicados fueron Cabo y Santurtzi, que perdían posiciones, mientras la Donostiarra mantenía su séptima plaza por delante de San Pedro.

 

La alegría se desborda en Hondarribia y la pena y alguna lágrima asoman por Zierbena

Como suele ocurrir en la mayoría de ocasiones, las caras entre los remeros de Hondarribia no tenían nada que ver con las que se veían entre los de Zierbena. Alegría desbordada entre los guipuzcoanos, pena por haberlo tenido tan cerca y haberlo dejado escapar en entre los vizcainos.

«Cuando nos han comunicado que la bandera era nuestra, la alegría ha sido inmensa, pero todo lo que hemos sufrido hasta entonces no se lo deseo a nadie. Sabíamos que teníamos a un gran rival enfrente, y así ha sido. Toda la regata ha ido igualadísima y hemos tenido que sufrir muchísimo para poder ganar», reconocía el entrenador de Hondarribia, Mikel Orbañanos, poniendo el foco en que hasta siete remeros suyos ganaban La Concha por primera vez.

El preparador oriotarra añadía que «hemos sido muy regulares estos últimos años, y esa regularidad al final ha tenido premio. Hemos estado siempre en la pelea, pero solo gana uno y es muy difícil». También opinaba que el haber estado «lejos de la polémica, trabajando y centrados en los nuestro» pudo haber sido «una de las claves».

También fueron emocionantes las declaraciones de Manex Aldai ante las cámaras de ETB nada más terminar la regata, poniendo en valor que «diez de los catorce remeros son de la cantera, le dedicamos esta victoria a todos los clubes que apuestan por ella, porque ese es el camino«.

En Zierbena, la sensación era bien diferente. «Es difícil asimilar una derrota como ésta. Lo hemos tenido tan cerca y no ha podido ser», se lamentaba el patrón, Borja Gómez, quien, analizando el desenlace de la regata, puntualizaba que «quizás la clave ha sido que ellos están un poco más acostumbrados a mantener la cabeza fría en este tipo de finales apretados. Nosotros lo hemos intentado un poco a lo loco al final, pero no nos quedaba otra, había que intentarlo».

Y en parecidos términos se expresaba su compañero Leandro Salvagno. «Estamos contentos con la regata, ha ido como pretendíamos: tensar lo máximo posible en la ida porque sabíamos que todo se decidiría en la bahía. Hemos estado todo el año pensando en esto, pero al final no ha podido ser. Han sido mejores y hay que felicitarles».

Y con rabia por lo sucedido en la primera jornada hablaban en Orio y Urdaibai. El entrenador oriotarra, Jon Salsamendi, felicitaba a sus remeros por la gran regata realizada, pero se reconocía «triste» por lo sucedido siete días antes. «El trabajo que han hecho estos remeros es increíble, pero como en toda la temporada hemos tenido dificultades para plasmar ese trabajo en las regatas. Tenemos que aprender de esto, porque si no no servirá para nada».

Antón Uriarte, delegado de Urdaibai, resaltaba que «el ganador en el agua hemos sido nosotros». «Hay que ganar en el agua, no en los despachos», se lamentaba, visiblemente emocionado y sin mucha confianza en el recorrido que pueda tener la impugnación del club bermeotarra en los juzgados.A.A.