GARA
Athletic

El mutuo deseo de resarcirse cuanto antes se reúne en el coliseo azulgrana

Tanto en Lezama como en la ciudad deportiva Joan Gamper no hubo ayer caras de alegría. Los dos varapalos recibidos en la jornada de entre semana no daban pie a excesivos gestos de satisfacción. La goleada encajada a domicilio por el Athletic y la inesperada derrota del Barcelona en Butarque, además de las sensaciones que ambas escuadras dejaron sobre el césped, han escocido, y mucho, en ambos vestuarios.

Y han dejado a sendos conjuntos con la ansiedad de resarcirse cuanto antes del tropiezo, un objetivo común que no podrá darse por completo, ya que se miden mañana en el Camp Nou y uno de los dos equipos no saldrá bien parado del choque. Será el duelo oficial número 210 entre leones y culés, ya que estos últimos son el rival al que más veces se ha medido el Athletic en toda su historia.

La visita al feudo blaugrana, además, se ha convertido en los últimos tiempos en un auténtico dolor de muelas para los rojiblancos, quienes no vencen allí desde noviembre de 2001, cuando dos goles de Urzaiz y Ezquerro hicieron inútil la diana marcada por Rivaldo. Jupp Heynckes fue el último técnico en guiar a los vizcainos hacia la victoria en el estadio barcelonés.

Decepciones y una gran alegría

Desde entonces, casi todo han sido decepciones, quitando la vuelta de la Supercopa de hace tres años, en la que se logró empatar (1-1) y el Athletic llevó a sus vitrinas el último título. También arrancó un punto en las visitas ligueras consecutivas de la 2002-03 y 2003-04, además de otra igualada en los octavos coperos de la 2010-11 (0-0) que de bien poco sirvió, pues en la vuelta el Barça consiguió también empatar, pero a uno, dejando en la cuneta al equipo rojiblanco.

Todo lo demás han sido sinsabores. En total, 17 derrotas en los últimos 22 desplazamientos realizados al coliseo azulgrana. Y algunas de ellas en forma de goleada, como el 6-0 encajado en la 2015-16 o el 5-1 de la 2012-13, con Luis Suárez y Messi, respectivamente, como principales ejecutores de un Athletic incapaz de contener la avalancha local de juego y goles.

Los de Berizzo dispondrán de una nueva oportunidad para invertir la tendencia y aprovecharse de un anfitrión que, aunque líder, destila dudas en su rendimiento sobre el césped y está encajando más tantos de los que acostumbra en las últimas temporadas. Ganar en Barcelona sería un golpe de timón importante para el Athletic.