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Una juez ratifica 60 años de abusos en dos orfanatos católicos escoceses

La magistrada del Supremo escocés Lady Anne Smith ha presentado un informe corroborando las denuncias de abusos y palizas a niños que, a lo largo de 60 años, se produjeron en dos hospicios. Los orfanatos, gestionados por monjas, se encontraban en Glasgow y Lanark. Los autores fueron sacerdotes, voluntarios y las propias religiosas.

Durante más de sesenta años, los niños y niñas de dos orfanatos católicos de Escocia fueron víctimas de brutales malos tratos, abusos sexuales y vejaciones. De acuerdo con el informe preliminar del Supremo, los menores vivían en un clima de miedo y control en el que eran sistemáticamente humillados, abusados sexualmente y golpeados con crucifijos de madera, palos, correas de cuero, zapatos, cepillos para el pelo e incluso una correa de perro.

La congregación de monjas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (que aún sigue funcionando) era la que gestionaba las dos instituciones donde se produjeron los abusos: el Orfanato Bellevue, cerca de Glasgow, y el Hogar Infantil de Smyllum Park, en el pequeño pueblo de Lanark (centro de Escocia). De acuerdo con los hallazgos de la juez Smith, en este último internado también se produjeron abusos sexuales por parte de «sacerdotes, un sacerdote en formación, hermanas, miembros del personal y un voluntario».

Lady Smith, que en su informe calificó los malos tratos como «un aspecto normal en la vida diaria» de algunos de los pequeños, describió así los hechos: «Me parece que los niños fueron maltratados tanto en Bellevue como en Smyllum. El abuso ocurrió. Fue físico, emocional y sexual».

Las investigaciones sobre lo ocurrido en ambos centros empezaron en octubre de 2015 como parte de una estrategia impulsada por el Gobierno escocés para investigar el abuso histórico a menores llevado a cabo en instituciones de acogida de toda Escocia durante varias décadas.

Aunque estaba previsto que las investigaciones, que han costado más de 15 millones de libras (unos 17 millones de euros), concluyesen el año próximo, probablemente se extenderán el tiempo que los especialistas consideren necesario.

Vejaciones y palizas

Actualmente, los trabajos se centran en analizar las denuncias de abuso físico y sexual en 86 antiguos orfanatos e internados escoceses.

Un total de 54 testigos contaron sus experiencias en Smyllum Park, que cerró en 1981, y en Bellevue House, que lo hizo en 1961. De su testimonio se desprende que los niños que mojaban la cama por la noche eran a menudo obligados a dormir sobre ellas y sometidos a insultos.

Además de recibir golpes constantemente, se les forzaba a tomar baños de agua sucia, muy fría o muy caliente, se les alimentaba por la fuerza y eran utilizados como mano de obra infantil. No había ningún sistema para marcar sus cumpleaños, por lo que muchos de ellos no sabían cuándo se hacían mayores, si eran zurdos se les obligaba a usar su mano derecha y otros eran golpeados por declararse protestantes o judíos.

Samuel Carr, de seis años, murió en Smyllum tras contraer una severa infección bacteriana al encontrarse desnutrido y tras entrar en contacto con una rata. Según el informe, una monja le golpeó varias veces poco antes de expirar. No fue el único: Patricia Meenan murió a los doce años cuando fue atropellada por un automóvil cuando huía del mismo orfanato.

«Para muchos niños que estaban en Smyllum y Bellevue, los orfanatos eran lugares de miedo, control coercitivo, amenazas, disciplina excesiva y abuso emocional, físico y sexual, donde no encontraron amor, compasión, dignidad ni consuelo», concluye la juez Smith.

 

Wuerl ya no será arzobispo de Washington

El papa Francisco aceptó ayer la dimisión de Donald Wuerl como arzobispo de Washington por otro escándalo de ocultación de redes pederastas internas cuando era el máximo representante eclesial en Pittsburgh. Sin embargo, la suya no es una renuncia completa, ya que Wuerl mantendrá el título y las funciones como cardenal.

A través de una carta fechada ayer, el líder de los cristianos católicos aceptó la dimisión voluntaria de Wuerl, pero Francisco lo hizo entre alabanzas. En su escrito, sostiene que la solicitud de dimisión se deriva de los dos pilares que «han marcado y continúan marcando» la vida del cardenal. El Papa señaló que estos dos pilares son «el de buscar en todas las cosas la mayor gloria de Dios y el de procurar el bien de las personas confiadas a tu cuidado».

Wuerl fue obispo de Pittsburgh entre 1988 y 2006. Se le acusa de encubrir casos de abusos sexuales, incluyendo los que salpican a su predecesor en el cargo, Theodore McCarrick.