R.S.
DONOSTIA
MANIFESTACIÓN «ORAIN PRESOAK»

Llamada común a «terminar con todo sufrimiento y hacerlo ahora»

Antes de tomar las calles, en el Palacio Miramar Orain Presoak quiso escenificar la pluralidad lograda, estrechar esa red y fijar objetivos ambiciosos: convivencia, respeto, fin del sufrimiento.

La marcha de Orain Presoak tuvo un prolegómeno muy sencillo pero, sobre todo, marcadamente plural. En el espectacular marco del Palacio Miramar se reunieron a las 16.00 representantes de partidos (PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos, Geroa Bai, Euskal Herria Bai...), de ocho sindicatos (ELA, LAB, CCOO, UGT, Steilas, ESK, EHNE, Hiru y Etxalde) y decenas de personas de muy diversas profesiones, trayectorias e ideologías, para lanzar un mensaje conjunto que comenzaba remarcando que «nos une la convivencia».

En el texto leído por Felix Arrieta y Anaiz Funosas en euskara, castellano y francés, tras una pieza de Benito Lertxundi interpretada al violín, destacaban las alusiones al futuro: «Hoy damos un nuevo paso. Hoy subrayamos la importancia de terminar con todo sufrimiento. Es necesario acabar con todo y es necesario hacerlo ahora».

Pero se hablaba también de lo que queda atrás: «Todos sabemos que poseemos una diversa vivencia del pasado. Hemos vivido muchas cosas en este espacio pequeño: mucho sufrimiento, mucho dolor... y sin olvidarlo, teniéndolo presente pero sabiendo a la vez que debemos avanzar, debemos construir una sociedad que se respete a sí misma».

Agentes y personas

En la sala del Palacio Miramar, junto los representantes de las organizaciones citadas, estaban sentadas referencias en la construcción de convivencia como el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, y también personas que ejemplifican el sufrimiento y a la vez el futuro, como son los jóvenes Peru del Hoyo (hijo de Kepa del Hoyo, muerto en prisión) y Ane Muguruza (hija de Josu Muguruza, víctima de la guerra sucia). Y junto a ellos, profesores, abogados, familiares de presos, alguna exprisionera como Sara Majarenas... También asistió Angel Oiarbide en nombre de Gure Esku Dago, una de las organizaciones sociales que aceptaron esta invitación de la dinámica Orain Presoak.

Por lo que respecta a los partidos y sindicatos, las representaciones enviadas eran de niveles bastante desiguales. Quienes más rango mostraron fueron EH Bildu (Maddalen Iriarte además de Arnaldo Otegi), LAB (Garbiñe Aranburu, secretaria general) y ELA (Adolfo «Txiki» Muñoz, también secretario general).

«No bajar la guardia»

«Estamos en una etapa histórica –constata el manifiesto al que dieron respaldo con su presencia–. Nos ha costado llegar hasta aquí. Cada vez son más los actos que compartimos, en los que convivimos las unas al lado de las otras y a veces, sin darnos cuenta, nos vemos trabajando conjuntamente. Pero no podemos bajar la guardia, debemos seguir, esta red que estamos tejiendo se puede romper si no lo hacemos juntos, juntas».

La pluralidad que reflejaban tanto la sala como las adhesiones de estos meses impregna toda esta declaración: «Trabajemos todas juntas. Sabemos que somos diferentes, tanto en el origen como en los objetivos, pero debemos construir conjuntamente una base firme. Debemos de construir la base de la convivencia conjuntamente si realmente queremos construir un futuro en paz. Una de las claves imprescindibles es el respeto. No podemos olvidar que por encima de todo ideal y pensamiento, nos debemos un respeto a nosotras mismas y al prójimo, porque sin respeto es imposible convivir».

Orain Presoak dejó claro con esta comparecencia que el de ayer es un paso que tendrá continuidad: «Tenemos mucho que hacer en el camino de la convivencia. Debemos seguir trabajando en esa dirección, con respeto y comprensión. Tenemos mucho que hacer, debemos hacerlo por nosotras y por nuestras hijas. Sigamos construyendo el camino».

Tras realizar una foto de familia en el siempre agradecido marco del Palacio Miramar, con el Cantábrico ante los ojos, en los jardines se desplegó la gran tela con el logotipo de Orain Presoak. A continuación todos los invitados al acto se acercaron juntos hasta el túnel del Antiguo para fundirse con los miles y miles de personas que esperaban para emprender la marcha.

37.000

>GARA contabilizó 21.000 manifestantes a la salida del túnel del Antiguo hacia La Concha, a un ritmo de 880 por minuto durante 24 minutos (de 17.18 a 17.42). Pero desde allí ya era notorio que gran parte de los asistentes se habían quedado esperando en Miraconcha, la calle San Martín y más allá aún, por lo hubo que recurrir al sistema de ocupación espacial. Cuando la cabeza llegó a la meta, la cola estaba 90 metros más allá de La Perla. Eso supone 4.000 personas más que las 33.000 de la marcha del 17 de enero de 2015, tras la redada contra abogados de presos, que ocupó justo hasta ahí.