Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Un seductor a la francesa»

El cobarde desertor que regresó como un falso héroe

Admiro mucho a Laurent Tirard, al igual que a todos los cineastas que me hacen reír, y eso es digno de agradecer en tiempos sombríos. Lo veo como un digno continuador de la figura del maestro artesano, que con su buen hacer desempeñara antaño dentro de la industria francófona el hoy casi olvidado Philippe De Broca. Y por ser en el mercado actual una rara avis, hasta le perdono su mala traducción al francés de la comedia argentina de Marcos Carnevale “Corazón de león” (2013). Porque siempre que parte de autores en su idioma se luce, como lo hizo con “Las aventuras amorosas del joven Molière” (2007), o con Goscinny en “Le petit Nicolas” (2009). Esta vez ha juntado toda la experiencia de dichas adaptaciones en una sola divertida película que ha escrito él mismo en colaboración con Grégoire Vigneron.

En “Le retour du héros” saca mucho partido a la imagen de galán retro que Jean Dujardin ya explotó con tanto éxito en “The Artist” (2011), y en cierta medida repite idéntico papel, pues al emparejarse con Mélanie Laurent compone una pareja al estilo de las comedias clásicas de Hollywood sobre la guerra de sexos. Claro que ajustando dicha paradójica reñida atracción a una comedia de época de estilo vodevilesco, que no desaprovecha la oportunidad de parodiar a las producciones históricas de “qualité” sobre el pasado del imperio napoleónico en la Europa de principios del siglo XIX.

El enredo ligero está muy bien llevado de principio a fin, según un juego de engaños que parte de la complicidad a la fuerza de la pareje estelar. Ella es la que ha convertido al capitán Neuville en un falso héroe de la batalla de 1809 contra las tropas austriacas en Wagram, como fruto de una correspondencia inventada para consolar a su hermana pequeña, prometida del que en realidad es un cobarde desertor, que una vez de vuelta en el castillo de Borgoña se crecerá.