Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

La Guardia Civil tiene 53 cuarteles y 34 de ellos abren solo por la mañana

La asunción plena de las competencias de Tráfico por parte de Nafarroa supone la amortización de 211 plazas de guardia civil en Nafarroa según los últimos datos oficiales, que datan de 2006. Esto supone casi el 12% de los agentes. El grueso del despliegue de la Guardia Civil, unos 1.250 efectivos, están dispersos por una obsoleta red de cuarteles.

La Guardia Civil es, de largo, el cuerpo policial con mayor número de efectivos desplegados en Nafarroa: 1.820 activos (1.455 efectivos disponibles) a 31 de mayo de este año. Un número equivalente a la suma de los 1.100 agentes de la Policía Foral y los 739 activos (603 efectivos) de la Policía española. La distribución de los guardias a lo largo de Nafarroa se realiza en una red de 53 cuarteles, de los que 34 solo abren unas horas por la mañana. Los hay que están operativos seis horas, otros cinco y uno, el de Irunberri, solo cuatro. Estos 34 cuarteles cierran a las dos de la tarde.

Entre los 19 cuarteles que sí están operativos a las tardes, hay 17 que figuran como operativos las 24 horas y otros dos, el nuevo cuartel de Fitero y el de San Adrián, cierran por la noche.

El despliegue de los agentes en la red de cuarteles es un misterio. Durante la elaboración del Plan Director de Policía, la Consejería de Interior de Nafarroa pidió un informe actualizado de los datos sobre cómo se distribuye el cuerpo en Nafarroa. Pero la Delegación del Gobierno se los negó, apelando a la necesidad de una reunión de alto nivel de la Junta de Seguridad. La petición formal por parte de interior se realizó en febrero de 2016.

Los últimos datos que facilitó la Guardia Civil sobre el detalle de las fuerzas que mantiene en Nafarroa datan del año 2006. En líneas generales, no parece haber habido grandes cambios. En estos doce años, el número de agentes se ha incrementado en 17 (de 1.803 a 1.820). Y según los datos de 2016, el grueso de los agentes, unos 1.250, están adscritos a las distintas compañías «rurales». La Brigada de Información contaría con algo más de cien efectivos y a la Subsección de Tráfico, están asignados los 211 que, en principio, deberían desaparecer. Hasta UPN acepta amortización de puestos de guardias civiles, y ya avanzó el miércoles una propuesta para incorporarles dentro de la Policía Foral.

A falta de datos sobre la distribución de efectivos por cuarteles, la información más completa para hacerse una idea de cómo está desplegada sea revisar el horario de apertura de los 53 puestos.

Aun así, esta información resulta confusa. Por ejemplo, uno de los cuarteles que figuran como operativos las 24 horas del día es el de Altsasu, donde viven 13 agentes y dos mandos: un sargento y un teniente. Sin embargo, el 15 de octubre de 2016, durante las ferias, ambos mandos se fueron de copas y se vieron involucrados en un altercado con jóvenes de la localidad a las cinco de la madrugada. El teniente acabó con el tobillo roto y llamaron al cuartel de la localidad. Pero en el cuartel se limitaron a cogerle la llamada y decirle que no estaban capacitados para acudir al lugar. Es decir, la supuesta atención de 24 horas del cuartel de Altsasu no es real. Tuvo que salir a por ellos la Policía Foral.

La forma en la que se ha ido desplegando la Policía Foral contrasta mucho con la división en minicuarteles desperdigados y abiertos a tiempo parcial que mantiene la Guardia Civil y que se configuró hace décadas o más de un siglo en muchos de los casos. Buena parte de ellos incluyen cantinas y, pese a que solo funcionan de mañana, mantienen agentes viviendo en ellos junto con sus familias.

La Policía Foral arrancó con un primer cuartel en Iruñea y, en la última década, fue abriendo puestos en las localidades más importantes, atendiendo también a cuestiones orográficas para poder dar cobertura en tiempo razonable a amplias zonas. Así, además de en la capital, la Policía Foral está desplegada en: Tutera, Tafalla, Lizarra, Zangoza, Altsasu y Elizondo. Todos ellos funcionan las 24 horas.

Los avisos del 112 y al COS

La tupida red de cuarteles de la Guardia Civil tendría sentido si garantizase una mayor rapidez de actuación en caso de emergencias. Pero los datos demuestran que no es así. Aunque la Guardia Civil cuenta con un teléfono de alerta específico, el grueso de las llamadas de emergencia se realizan al 112, que es el número internacional para este propósito. Al otro lado del teléfono se encuentra SOS Navarra, que en caso de detectar la necesidad de enviar policías (la mayoría de llamadas que recibe son por urgencias médicas) reenvía la información al Centro de Mando y Coordinación de Policía Foral (CMC).

Siempre que es preciso, el CMC rebota el aviso a la Guardia Civil. Pero el CMC tiene prohibido el contactar directamente con los cuarteles, así que debe llamar al Centro Operativo de Servicios de la Guardia Civil (COS). Y el COS rechaza casi la mitad de las peticiones de ayuda que se realizan desde el 112.

El pasado 9 de octubre, en respuesta a una pregunta de UPN, la consejera de Interior, María José Beaumont, ofreció el detalle de los «requerimientos de ayuda» que la Policía Foral pasa a la Guardia Civil y a la inversa. El periodo de los datos correspondían al mes de agosto y 19 días de septiembre.

En esos 50 días, la Policía Foral trasladó 258 asuntos a Guardia Civil y esta atendió únicamente 137. Es decir, respondió únicamente a un 53% de los requerimientos (atropellos, robos, violencia de género, asuntos relacionados con el tráfico, etc.).

Por contra, en ese mismo periodo, desde el COS de la Guardia Civil se trasladaron al CMC 28 requerimientos y la Policía Foral respondió en 19 ocasiones. Es decir, atendió un 68% de estas incidencias.

En resumen, Policía Foral maneja diez veces más urgencias policiales que la Guardia Civil pese a contar con 1.052 agentes frente a los 1.820 guardias. Y, además de eso, cada vez que solicita apoyo o avisa de una alerta al otro cuerpo, este no responde el 47% de las veces.

Todos estos datos salieron a la luz a raíz del escándalo que supuso la respuesta del cuartel de Kaseda al triple crimen que aconteció el 21 de setiembre. Un padre y dos de sus hijos acabaron muertos a tiros a unos 15o metros del cuartel de la Guardia Civil. Los disparos de la escopeta se oyeron dentro del acuartelamiento. Los vecinos se echaron a la calle a socorrer a las víctimas y llamaron al 112 que rebotó el aviso al COS 25 segundos después. Pero los guardias no salían. En su desesperación, un vecino acabó aporreando la puerta del cuartel reclamando la presencia de los uniformados. Al final, dos agentes llegaron a la par que las patrullas de Policía Foral que salieron el cuartel de Zangoza. La Delegación del Gobierno acabó emitiendo un comunicado defendiendo la acción del sargento comandante del puesto de Kaseda. Justificó su tardanza en reaccionar diciendo que el cuartel no estaba operativo en ese momento. En definitiva, recordando que el aviso al 112 se produjo a las 18.53 horas y el cuartel de Kaseda, como otros 33 más, cierra a las dos de la tarde.