Joseba VIVANCO
Athletic

Aquel gol de Javi Casas

Los leones visitan hoy Riazor, donde certificaron la salvación en 2006, primer capítulo del «bienio negro».

«¡Es de Primera, Athletic es de Primera, es de Primera, Athletic es de Primera...!». ¿Pero, acaso alguien lo dudada? Pues más de uno, y de dos, lo ponían en cuarentana allá por mayo de 2006 cuando el campeonato liguero agonizaba, de la misma forma que malvivía en una perpetua agonía el equipo bilbaino. Hasta que el andaluz Ramírez Domínguez señaló el final del encuentro correspondiente a la penúltima jornada, en el mismo escenario donde el Athletic disputa esta tarde el clásico Trofeo Teresa Herrera. En el estadio de Riazor, frente al Deportivo entonces de Joaquín Caparrós, el Athletic de Javier Clemente fue a jugarse uno de sus últimos cartuchos para seguir siendo de Primera como celebraba el millar de athleticzales que acompañó a los suyos en un desplazamiento sufragado a escote por los propios jugadores. Ese día fue, sin duda, uno de los más felices en la carrera futbolística del defensor bilbaino Javi Casas.

Bienio negro. Curso 2005-06, Fran Yeste venía de derramar lágrimas sobre el césped de la vieja Catedral tras su solitario gol al Zaragoza, que mantenía con vida a los leones en su lucha por eludir el descenso a falta de solo dos jornadas de Liga. Siguiente parada, Riazor. Nervios cogidos con pinzas, tensión cortada con papel de liar tabaco, responsabilidad atenazadora, más de un siglo de historia en 120 minutos, los primeros 90 ante un Deportivo que se jugaba ese día acabar en puestos europeos. Y allí, un Athletic sobre el alambre, un Athletic que empezó entrenando José Luis Mendilibar pero fue sustituido por Javier Clemente en el undécimo partido. Un Athletic con el agua al cuello.

El ‘Rubio de Barakado’ alineó esa fecha a Lafuente en portería; por delante, una línea de tres centrales formada por Luis Prieto, Ustaritz y Amorebieta, con el refuerzo unos metros más adelantados de otra integrada por Lacruz, Murillo y Javi Casas; Iraola y Orbaiz completaban el dibujo en la medular, y Yeste, con libertad de movimientos, más Urzaiz hacían las veces de avanzadilla. A los leones les bastaba con un punto para salvarse matemáticamente del averno, de ahí el planteamiento conservador de un Clemente que veía como Arizmendi adelantaba a los locales en el minuto 19, lo que obligaba a los rojiblancos a mirar ya no su portería sino la defendida por Molina. Como era de esperar, salió a por todas tras el descanso, metió a Joseba Etxeberria por Amorebieta. Y fue en el minuto 70 cuando la bota de seda de un basauritarra de rubio platino y calzoncillos a lunares dio sus frutos.

Un porcentaje muy elevado de los 40 goles de los leones esa temporada lo fueron en jugada de estrategia y el principal brazo ejecutor de esos centros fue Fran Yeste, que si no brilló en otras facetas del juego ese delicado curso, sí en el balón parado. No en vano acabó como segundo máximo asistente de la Liga, por detrás de Ronaldinho.

Pero si un nombre propio tuvo el partido ese día, por lo mucho que supuso su gol, fue el de Javi Casas. El de Sopela había caído en desgracia allá por el mes de diciembre, después de que en la visita a La Romareda, Cani se lo comiera con patatas en el mano a mano con el rojiblanco, incluida la comisión de un penalti. Y pagó la factura. Javi Clemente lo fue recuperando con cuentagotas, de defensa o interior, hasta que cobró todo su protagonismo ese 7 de mayo de 2006, en el minuto 70 de partido, córner que patea Yeste y Casas cabecea al fondo de la red. Empate, éxtasis, salvación, lágrimas. «¡El Athletic es de Primera!». Un grito que ratificó casi sobre la bocina Pablo Orbaiz, de penalti, y precedió a la consiguiente invasión de campo rojiblanca.

Y un año después, el Levante

Bilbo, Bizkaia entera exhaló aire desde lo más profundo de sus diafragmas. Aquella remontada, aquella victoria, aquel cabezazo de Javi Casas pasó a los anales de la historia rojiblanca. Un Javi Casas que un año después volvería a formar parte del once inicial del Athletic que esta vez se jugaría la salvación en la última jornada ante un Levante en el que defendía la meta, de nuevo, José Francisco Molina.

Parece que fue en otra vida, pero la visita de esta tarde a A Coruña y la similitud, al menos en cuanto a resultados, de este inicio liguero con Eduardo Berizzo con aquel de hace solo doce años, es una excusa perfecta para recordar aquel día, aquel gol de Javi Casas en Riazor.

Minutos para Ganea, Iturraspe, Lekue...

A las 20.45, televisado en Gol TV –también retransmitirá el Depor-Athletic femenino a las 18,15–, el Athletic regresa al decano Trofeo Teresa Herrera, que disputó y perdió en su primera edición, en 1946, ante el Sevilla. Desde entonces ha participado en otras cinco ocasiones, ganando dos de ellas, la de 1947, ante el Vasco de Gama, y 1983 contra Peñarol. La última vez se remonta a un año después, 1984, cuando quedó cuarto en un cuadrangular con presencia de la Roma, Vasco de Gama y Manchester United. Para esta nueva visita Eduardo Berizzo se lleva una lista en la que aparece el inédito Ganea, los ‘olvidados’ Iturraspe, Córdoba, Guruzeta, regresa Lekue tras su larga lesión y aparece el portero del filial Unai Etxebarria. No viajan Aduriz ni los convocados por España Iñigo Martínez, Unai Simón y Unai Núñez, además del lesionado Yeray. Enfrente, los leones se encontrarán con un no tan viejo conocido, Eneko Bóveda, que está contando poco para su técnico Natxo González.J.V.