Iván Velasco (Arrasate, 1980) trabaja desde setiembre en el staff del Astana en su vuelta al World Tour después de nueve temporadas como profesional en Orbea (2006), Euskaltel (2007-12) y Caja Rural (2013-14), con el que se vio obligado a dejar la bicicleta por una grave lesión que no le ha dejado secuelas para la vida normal y tras participar en los tres últimos años en un proyecto con la firma Specialized.

Explica a GARA que «el año pasado Astana se puso en contacto conmigo. Martinelli habló directamente con Patxi Vila, que le dio mi nombre. Quería un perfil como el mío más técnico para el tema de materiales, de aerodinámica, biomecánica, selección de materiales para las cronos, para estar en contacto con las empresas y ayudar a los entrenadores con los datos que se manejan. El año pasado estaba trabajando en un proyecto interesante de Specialized y la cosa no llegó a más. La empresa decidió cerrar el proyecto. Tampoco estaba demasiado a gusto y me puse en contacto con Astana por si seguía el interés. Me dijeron que sí y además pudo influir que desde el invierno pasado he estado trabajando con Pello Bilbao las cronos y ha mejorado bastante como se vio en el Giro. Vieron que podía haber un interés para el equipo y decidieron apostar por mi perfil».

Seguir el camino del Sky

Su fichaje demuestra la importancia de arañar cada segundo: «Hoy en día más. En casi todas las etapas de montaña llegan diez-doce corredores con un puñado de segundos y las mayores diferencias se hacen en las crono largas y hay que pulir todos los detalles al máximo. La escuela la marcó Sky, que hace años empezó a especializarse en estos temas mucho, a cuidar los detalles y todos los demás equipos se han dado cuenta de que todo influye para buscar resultados. Hemos creado un buen grupo de trabajo con Maurizio Mazzoleni junto a Aritz Arberas y al director Dmitri Sedoun».

Es ingeniero en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto y eso le ha ayudado a entrar en Astana, donde trabaja desde el 1 de setiembre. Hace dos semanas tuvo una reunión en la sede del equipo en Niza con todo el staff con Vinokourov a la cabeza y en diciembre acudirá a la concentración de Calpe «para hacer test con los corredores de material. El planteamiento en carreras es estar en las cronos, ver los recorridos con los ciclistas y seleccionar el mejor material en función del viento, la temperatura... Esa sería la principal función. Y estar en contacto con los suministradores de materiales».

En los tres años que ha trabajado para Specialized ya ofrecía servicios a los equipos que llevan estas bicicletas –Quick Step, Bora y el Boels Dolmans femenino– y, aunque su contrato es hasta 2019, «porque siempre plantean un año para ver cómo se funciona, la idea es seguir».

Un equipo kazajo con Euskolabel

Velasco destaca la ventaja de tener cuatro ciclistas vascos en el Astana. Con Pello Bilbao trabaja desde el año pasado y ha empezado a hacerlo con los demás: «Con Omar ya hemos probado en el velódromo para adelantar el trabajo. Ion ha estado de vacaciones quitándose los tornillos que tenía en la espalda y empezará en breve. Con Gorka hemos hecho varios test de material en el velódromo de Tafalla. Al tener a los cuatro aquí tiraremos mucho de ellos porque son muy buenos y por su experiencia ofrecen mucho feedback, nos valdrán de mucho para pulir los detalles».

Junto a ellos estarán el preparador Aritz Arberas y el mecánico Javier Ibáñez y para 2020 se rumorea la vuelta de Mikel Landa. Velasco destaca que los vascos formarán la base con Miguel Ángel López, Fuglsang, Lutsenko y Luisle Sánchez: «El equipo está muy ilusionado con la llegada de Ion y Gorka. Aportarán mucho y reforzarán un conjunto que este año ha hecho podios en Giro y Vuelta con Miguel Ángel». J.I.