Si la inteligencia artificial se basa en un algoritmo que se va dotando de millones de datos que se almacenan y crean rutinas para responder a los impulsos imitando lo que han hecho unos humanos previamente, habrá que sospechar que haya posibilidades reales de amontonar tonterías y reacciones absurdas hasta poner en cuestión el enunciado principal.  Por lo tanto, al igual que se define con rotundidad que existe una supuesta inteligencia artificial, declaro que sí está demostrado que existe la estupidez artificial, es decir que esos robots o máquinas tienen comportamientos estúpidos, porque el algoritmo no puede variar la condición humana ni borrar a sus ejemplos digitalizados los componentes que no se pueden definir jamás como inteligentes. Entre los datos robados para componer el pretendido cerebro artificial existirán políticos y cuñados. Por ejemplo se colarán para los ensayos las reacciones de conductores que siempre rozan el código a lo largo y ancho y por lo tanto los automóviles sin conductor pueden tener tendencia a circular por las autovías por el carril izquierdo a una velocidad de crucero muy lenta sin inmutarse pese a las colas que va formando. Analizando los datos históricos si se han colado tuits o declaraciones de Zipi Casado, entonces es que es incompatible con cualquier vestigio de inteligencia. La penúltima de esta máquina alterada es decir que España no colonizó, sino que amplió su territorio, es para que le den otro máster por tonto de capirote y miembro de honor de la adoración nocturna a la estupidez. Si hay, aunque sea una mínima aportación remota de Inda, es innecesario seguir, habría que volver a empezar, cerrar todos los programas, verter todos los datos en la parte de la basura. Sabemos de la existencia de neuronas espejo, que supongo no se pueden incorporar al algoritmo, pero en “La Sexta Noche” Inda y Cintora se encargan de confirmar lo del espejo y la estupidez. Existen serias dudas sobre si aportan neuronas.