Iker BIZKARGUENAGA
DESDE IBAIGANE

LA CERTEZA DE QUE POR UNA VEZ EL PARTIDO NO ACABA EN EMPATE

EN UNA FECHA ATÍPICA Y CASI SIN TIEMPO PARA CONTRASTAR PROPUESTAS, 41.354 SOCIOS Y SOCIAS DEL ATHLETIC ESTABAN CONVOCADAS A LAS URNAS. HUBO COLAS DESDE PRIMERA HORA, PERO EL AMBIENTE FUE SERENO Y HASTA FESTIVO, LO QUE TIENE MÉRITO EN UN AñO QUE SE MERECE OLVIDAR.

El Palacio Ibaigane, entremetido en un solar de la Alameda Mazarredo, parece estar fuera de lugar en un entorno dominado por las Torres Isozaki, tan modernas ellas, algo parecido a lo que le pasa al Athletic, exponente de un fútbol que ya no existe en una época dominada por estrellas rutilantes y gladiadores procedentes de todo el planeta. Pero ayer la sede del club roji- blanco era el centro del mundo. O al menos lo parecía.

Era jornada electoral, y la antigua mansión de la familia De la Sota, donde había más periodistas que en el Teatro Dolby la noche de los Óscar, se convirtió en un photocall por el que desfilaron algunos de los mitos y leyendas del club, expresidentes, deportistas de otras disciplinas, como Pablo Berasaluze, personajes conocidos de la sociedad y, sobre todo, miles de socios y socias, que desde primera hora acudieron a depositar su voto.

Y lo hicieron con orden y concierto, gracias a una organización impecable, todo hay que decirlo, en un ambiente sereno. También hubo fair play entre los candidatos, que se saludaron ante las cámaras. La procesión iría por dentro.

La cola, hasta Ercilla

El poco tiempo habido entre la convocatoria y la cita electoral ha propiciado, además de un déficit de debates y propuestas por parte de los contendientes –Javier Clemente dijo al ir a votar que la campaña había sido «sosa»–, que no haya habido opción de que la tensión se desborde. Lo que tampoco es mala cosa, pues este año de tensión anda sobrado el entorno del Athletic.

«Al menos sabemos que esto no va a acabar en empate», comentaba un socio a su acompañante. Es un triunfo, viendo como va la temporada. Entre guasas, la cola avanzaba, y eso que llegó a dar la vuelta a la calle y se extendió por Ercilla. Allí, alguno miraba nervioso al reloj; más de uno salió del trabajo para ir a votar. Otros aprovecharon para pasar el día en Bilbo, y alguno entró en el bar cuya puerta estaba flanqueada por paneles electorales de Elizegi. Campaña hasta el último momento.

Así, poco a poco pasaron buena parte de las 41.354 personas llamadas a votar. ¿A quién? «A cualquiera, pero en blanco no, que eso me suena mucho a merengón», resumía entre risas una señora mayor.

El humor, qué gran fichaje.