Esta movilización anual de enero, junto al objetivo reivindicativo, constituye también una enorme muestra de solidaridad con los presos y sus familiares. Algunas de las iniciativas que se desarrollan durante el año salieron a relucir ayer en el recorrido desde La Casilla al Ayuntamiento de Bilbo.

Cerca de la estación de Abando, por ejemplo, se desvelaba el misterio de dónde se celebrará la carrera solidaria Lasterbidean de este año, guardado con mimo hasta la fecha.

Será el domingo 19 de mayo en Sakana, organizado al unísono por dos localidades: Arbizu y Lakuntza. En su euskara peculiar, las octavillas informativas repartidas a los miles de manifestantes animaban a ponerse las zapatillas: «Leixterka denak itxa!».

Unos metros más arriba de Hurtado de Amezaga estaban aparcadas una docena de furgonetas de Mirentxin, con rótulos que señalaban destinos habituales para los conductores voluntarios como Clairvoux, Huelva, Alicante... y los kilómetros que toca recorrer para llegar hasta allí. Aprovecharon la marcha para vender bonos que faciliten esta ayuda a los familiares que el alejamiento hace indispensable.

Por la mañana, en Alde Zaharra fueron voluntarios de Harrera Elkartea quienes recabaron dinero para poder seguir auxiliando a quienes vuelven a casa en situaciones precarias tras años de cárcel y exilio.

Las sacas de Sare también se llenaron con aportaciones de quienes no olvidan que en 2015 la Guardia Civil se llevó el dinero. Y decenas de miles de pegatinas de «Orain Presoak», a cambio de una cantidad voluntaria, contribuyeron a los gastos de la organización.