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DETROIT

El Salón del Automóvil de Detroit acoge un mundo «en transición»

Con ausencias «de lujo», el Salón Internacional del Automóvil de América del Norte, será foco de atención hasta el 27 de enero para la industria de un sector que continúa transformándose. El mercado puede frenarse este año tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea.

El mundo del automóvil se ha concentrado en Detroit desde el pasado lunes para tomar parte en una nueva edición invernal de su célebre Salón del Automóvil, que este año se celebra en plena «transición» del sector, expuesto a sus más graves dificultades desde el estallido de la crisis financiera global.

El horizonte de los grandes constructores no era tan sombrío desde el colapso de General Motors y Chrysler en 2009.

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la desaceleración del crecimiento económico global, el endurecimiento de las políticas medioambientales y los cambios de preferencias de los consumidores son algunas de las piezas del rompecabezas que insta al sector a reinventarse para preservar sus menguantes márgenes de beneficios y, de ese modo, hacer frente a la ofensiva de los gigantes de Silicon Valley.

La mayoría de los constructores de vehículos de alta gama y de lujo (Mercedes-Benz, BMW, Jaguar, Land Rover, Volvo, Lamborghini, Ferrari, Mini, McLaren) brillan por su ausencia, un duro golpe para la ciudad del estado de Michigan, a la cual esta feria aporta cerca de 500 millones de dólares (440 millones de euros) anualmente y atrae a unos 800.000 visitantes.

«Este es un año de transición para el Salón de Detroit y, a su vez, esto es un síntoma del estado de la industria», resume para AFP Michelle Krebs, analista de Autotrader.

Precios al alza

Después de un boom ininterrumpido de casi una década, las ventas de vehículos nuevos deberían bajar en este 2019, lastrados por el alza de los tipos de interés, que afecta al crédito para la adquisición de automóvil, según recuerdan los expertos.

Los vehículos, cada vez más conectados a internet, también resultan más caros que antes. El pasado año, solo el 34% de los coches nuevos vendidos costaban entre 20.000 y 30.000 dólares (entre 17.602 y 26.403 euros), y el precio medio fue de 36.000 dólares (31.683,6 euros), según datos de Cox Automotive.

Este alza de los precios se explica, principalmente, por la guerra comercial sino-estadounidense, que ha encarecido los costes del aluminio y el acero, mientras que el 47% de los vehículos vendidos el pasado año en Estados Unidos fueron importados. «Las nuevas tasas aduaneras representan cerca del 2% del precio actual de los vehículos», subraya Jonathan Smoke, economista de Cox Automotive.

Los aranceles al acero y al aluminio impuestos por Donald Trump también afectan a las importaciones procedentes de la Unión Europea, que ha establecido tasas de represalia a una lista de productos de EEUU.

Smoke advierte de que, si Washington llegase a imponer el próximo 17 de febrero, como tiene previsto, tasas suplementarias del 25% sobre las exportaciones japonesas, chinas y europeas, este año será una «montaña rusa» para el sector del automóvil.

Anticipándose a lo peor, algunos fabricantes (entre ellos, GM, Ford y Jaguar) han tomado la iniciativa preparando “curas de austeridad” marcadas por la supresión masiva de empleos y el cierre de factorías.

¿Desparecerán los pequeños?

La medida más simbólica sigue siendo el final gradual de la producción de berlinas (sedanes) y pequeños coches urbanos (como el Smart) en América del Norte por parte de los Tres Grandes de Detroit (GM, Ford y Fiat Chrysler), en provecho de los modelos grandes (pickups, SUV y crossovers), preferidos por los consumidores estadounidenses ante el bajo precio del combustible en las gasolineras.

Esta tendencia se ha puesto de manifiesto en el Salón de Detroit, donde los vehículos grandes dominan las presentaciones de los grupos de constructores.

Cadillac, que ha prometido sacar al mercado seis modelos de aquí a tres años, marcó el tono en la primera jornada desvelando su XT6, un macizo crossover. Esta marca también ha presentado imágenes del concepto de su primer vehículo eléctrico, un arma anti-Tesla sobre la que hasta ahora se han filtrado muy pocos detalles.

«Es importante que confiemos en Cadillac en el marco de nuestra ofensiva para convertirnos en un actor principal en el sector eléctrico», declaró Mary Barra, la directora general de GM, propietaria de Cadillac.

Fiat Chrysler, por su parte, decidió levantar el velo con el que cubría su nuevo pickup RAM Heavy Duty, mientras que Ford ha expuesto su nuevo Explorer.

Pero la marca del óvalo azul tendrá que compartir el póster más nostálgico de la feria con Toyota, ya que ambos constructores anunciaron la presentación de sus poderosos deportivos –Ford, el Mustang Shelby GT 500 y el japonés, su nuevo Supra– casi 20 años después del ensamblaje del último modelo.

E Infiniti (Nissan) llega con un concepto de crossover eléctrico, el único vehículo “limpio” que se espera en esta edición.

El mercado europeo tuvo un difícil cierre de año

El mercado del automóvil europeo permaneció estable en términos anuales (+0,1%) al cierre de 2018, pero registró una caída del 8,4% en diciembre, su cuarto mes consecutivo de descenso desde la entrada en vigor de la nueva norma de homologación de motores, que ha frenado la producción de algunos fabricantes.

En total, 15,16 millones de vehículos particulares nuevos comenzaron a circular por las carreteras del Viejo Continente, manteniendo un alto nivel de entregas en el quinto año consecutivo de crecimiento.

Pero esa estabilidad oculta evoluciones dispares entre los cinco grandes mercados estatales. Mientras que el Estado español (+7%) y el francés (+3%) han seguido creciendo, Alemania se ha estancado (-0.2%) e Italia (-3,1%) y Gran Bretaña (-6,8%) han registrado notables descensos.

En conjunto, el año se ha dividido en dos periodos: crecimiento desde enero a agosto, con un hundimiento brutal en setiembre coincidiendo con la entrada en vigor del WLTP, el nuevo protocolo de emisiones, más exigentes en cuanto a residuos contaminantes.

Pero, más allá del efecto WLTP, este final de año quizás haya marcado también una inflexión de tendencia, anunciando un retroceso del mercado en 2019 en un contexto marcado por el deterioro de la economía. Así, el Observatorio Centelem del Automóvil augura una caída en las ventas del 2% para este nuevo ejercicio.GARA