Alfonso FERNÁNDEZ (EFE)
WASHINGTON

Las fotografías de Parks reviven los EEUU segregados de 1940

Los poderosos retratos de la vida de los afroamericanos en la mitad del siglo XX del fotógrafo Gordon Parks son ya parte de la iconografía de Estados Unidos, y la National Gallery de Washington recoge su primera década de trabajo, con obras de gran relevancia histórica.

Parks, en una sus citas más conocidas, aseguraba que utilizaba su «cámara como un arma». De ahí la contundencia de las imágenes de la pobreza de las familias afroamericanas en los barrios segregados de la capital estadounidense, limpiadoras de las oficinas federales y niños que miran la cámara con ojos desafiantes. Las fotos forman parte de la muestra “Gordon Parks: La nueva marea, los primeros trabajos 1940-50” que se exhibe en la National Gallery de Washington.

«Sus imágenes de la década de 1940 son los cimientos de su celebrada carrera y visión. Para Parks, la creatividad lleva acompañada un entendimiento más amplio y agudo de la humanidad», afirma Peter W. Kundhardt Jr., director ejecutivo de la Gordon Parks Foundation. Posteriormente, el artista se convertiría en un referente de la cultura estadounidense y sería el primer fotógrafo afroamericano de la revista “Life”. Por eso, explica la directora del museo, Earl A. Powell, el objetivo «es compartir un capítulo crucial en la vida del fotógrafo vanguardista».

«He escogido mi cámara como una herramienta de conciencia social. El sentido común me dijo que tenía que tener el suficiente entendimiento de lo que estaba bien o mal, o de otra manera la cámara podría eventualmente convertirse en mi peor enemigo», afirmó el fotógrafo en su día.

Parks, nacido en 1912 en Kansas y fallecido en 2006, dejó una destacada trayectoria artística que pasa por la fotografía, el periodismo y el cine.

Su vida refleja los obstáculos de los afroamericanos en los Estados Unidos de mediados del siglo XX.

Tras la muerte de su madre, fue enviado a Minesota para vivir con su hermana mayor y allí trabajó como camarero de tren en la compañía Northern Pacific Railway en la ruta Chicago, Saint Paul y Seattle, donde, solía contar, vio sus primeras revistas y le despertaron su vocación de fotógrafo.

Compró su primera cámara en 1937 en una tienda de segunda mano, aprendió por sí mismo la técnica fotográfica y presentó su primera exposición en Mineápolis en 1938.

En 1942, tras recibir una beca para «retratar a los negros en su vida intelectual, profesional, social, y urbana», llegó a Washington para trabajar con la oficina histórica de la Dirección de Seguridad Agrícola del Gobierno federal.

Como resultado, produjo una de sus fotografías más conocidas, “Washington DC, Limpiadora del Gobierno”, fruto de días acompañando a Ella Watson, una viuda con cinco niños a su cargo, y retratando su difícil vida limpiando oficinas federales en la capital estadounidense.

En la exposición, que se prolongará hasta mediados de febrero, también se pueden ver obras menos famosas de Parks, como su trabajo para la petrolera Standard Oil entre 1944 y 1948, contratado para mostrar la dura labor de los empleados en los campos petrolíferos del noroeste del país y Canadá.

En 1949, tras mudarse a Nueva York, es contratado por la revista “Life” y se convierte en el primer fotógrafo afroamericano de plantilla de la prestigiosa publicación.

Como resultado, Parks recorre las calles neoyorquinas, especialmente del barrio de Harlem, y publica algunas de sus imágenes más reconocidas, como la serie siguiendo al líder pandillero Red Jackson, de 17 años, en su conflictivo día a día.

La última parte de la exposición recoge sus trabajos de moda en París, sus reportajes sobre los refugiados de la Guerra Mundial en Portugal o las míseras condiciones de vida en Puerto Rico, con los que da el salto para convertirse en uno de los principales referentes de la cultura afroamericana del siglo pasado.