Un delincuente blanco en el Detroit de los 80

El cineasta de origen argelino Yann Demange nació en el Estado francés y se formó en el cine británico, para dar finalmente el salto a Hollywood con “White Boy Rick” (2018). Se le conoce sobre todo por su película “71” (2014), con la que obtuvo muchas nominaciones en Gran Bretaña, materializadas unicamente en el BIFA del cine independiente de las islas al Mejor Director. Jack O’Connell encarnaba a un joven e inexperimentado soldado inglés que se perdía en las calles de Belfast en plenos disturbios, y la visión del conflicto irlandés se hacía un tanto confusa y ambigua.
Algo de esto se repite en su nuevo largometraje, porque va a fijarse en un joven delincuente blanco en el Detroit de los años 80, cuando la practica totalidad de la población marginal en la ciudad del motor que cerraba sus fábricas y se empobrecía era de raza negra.
Para mayor extrañeza, el tan atípico personaje real llamado Richard Wershe Jr. ha pasado a los anales de la delincuencia por su extrema precocidad, ya que para los 15 años de edad se había convertido en el confidente más joven en la historia del FBI. El chico es interpretado por el novel Richie Merritt, escudado por un reparto de primera fila en el cual sobresale Matthew McConaughey en el rol paterno y Bel Powley en el de la hermana drogadicta. El brillante casting que incluye a veteranos de la talla de Bruce Dern y Piper Laurie se explica por la presencia como productor de un Darren Aronofsky, que cada vez parece encontrar más problemas para sacar sus proyectos personales o de autor adelante.
La película presenta una casuística relativa a la clase baja denominada “white trash” que no termina de conectar con la coyuntura histórica ligada a las campañas de Reagan contra el narcotráfico. A pesar de ejercer como colaborador, el protagonista acabó condenado a cadena perpetua.
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