Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
CRISIS POLÍTICA EN VENEZUELA

«El control del Estado es menor que en Europa»

Agustín Otxotorena desmiente los «mantras» de la «dictadura», el «comunismo» y la represión brutal en Venezuela. Este empresario vasco residente en el país caribeño subraya que la oligarquía sigue controlando la economía y los medios de comunicación y detenta aún el verdadero poder.

«Asustadísimo y asqueado de ver hasta qué punto llega la manipulación». Así se siente Agustín Otxotorena, empresario vasco afincado en Venezuela que lleva varias semanas divulgando por Euskal Herria su experiencia de lo que ocurre en el país caribeño.

En el Alkartatxe de Gasteiz, Otxotorena relata una historia de demonización del chavismo que ha vivido desde que llegó a Venezuela en 1999. «Vi cómo era el país antes de que llegara Chávez», subraya y explica una historia de millones de personas hacinadas en barrios sin agua ni electricidad, frente a élites que vivían «como no podemos imaginar aunque conozcamos a un rico» en Euskal Herria.

Una oligarquía que hundió el país, promovió el «caracazo» y reprimió a la población, dejando 3.000 muertos en tan solo cuatro días. «Uno entiende por qué ganó Chávez», señala.

Arremete contra el «mantra que se oye aquí hace años y que ya ni se cuestiona en los medios de comunicación: una dictadura comunista que se mantiene a base de represión, que se caracteriza por la falta de libertades».

Así, recuerda que la gente tiene acceso a los medios de comunicación e internet, «los principales periódicos como “El Universal” o“El Nacional” y las grandes cadenas de televisión siguen en manos de los ricos del país. Gustavo Cisneros sigue teniendo Venevisión, una cadena que no es que sea opositora, es que es abiertamente golpista. En Europa ese canal estaría cerrado».

«Oligarquía pesebrista»

Por ello critica que el chavismo durante años «no haya tocado un pelo a los oligarcas» que siguen controlando las grandes empresas. «Se une una concentración de riqueza y de medios de producción escandalosa. Juntas en una mesa a cinco personas y entre todas tienen el 80% de la producción de alimentos del país. Ese es el poder, más allá de que el chavismo pueda tener el Gobierno», subraya.

Otxotorena tiene una empresa de ingeniería de software y asegura que tiene menos controles y normas –impuestos, obligaciones con los trabajadores...– que las que podría tener en Euskal Herria.

«El Estado venezolano tiene menos capacidad de controlar la vida de nadie que en Europa. ¿Qué dictadura es esa en la que el Estado no tiene el control de la sociedad y muchas veces ni siquiera el control del propio Estado?», se cuestiona.

«El 76% de la producción de Venezuela está en manos privadas, el sistema financiero es privado. El comunismo será retórico porque, a la hora de la verdad, no es así». Además, critica que «si al menos la oligarquía produjera, tendría un pase, pero se trata de una oligarquía pesebrista que solo ha sabido vivir del petróleo. Ha vivido subvencionada y de los recursos del Estado».

Cuestiona también la idea de la brutal violencia contra las manifestaciones opositoras. «A las manifestaciones allí, que son bastante más violentas que aquí, los policías no llevan ni porra ni pistola, como mucho, botes de humo. Es una Policía inerme delante de una gente absolutamente loca», sostiene. Recuerda las «guarimbas» que lincharon y quemaron a varias personas y «en las que mataron a 40 policías, a nueve de ellos con disparos de rifles telescópicos. «Y si la Policía los detiene son presos políticos. ¿Quién pone los muertos?» pregunta.

Entre el público surge la pregunta sobre los vascos en Venezuela y la inevitable referencia a Iñaki Anasagasti. «Los vascos allí son buena gente, trabajadores, viven muy bien y son muy de derechas. Es la postura de Anasagasti y compañía. En Euskadi son independentistas incluso, pero cuando van a Venezuela, están a la derecha de Genghis Khan. Si se aplicara la tercera parte del sistema social con el que se vive en Gasteiz, saldrían con antorchas a quemar Caracas porque llega el comunismo».

En cuanto al desabastecimiento, Otxotorena afirma que «es un desabastecimiento inducido». Explica cómo, ante las campañas de control de precios del Gobierno, los grandes supermercados empiezan a vaciar sus tiendas, sobre todo los productos básicos, que son los que el Gobierno somete a esa vigilancia pero «en las zonas urbanas de lujo, con casas de millones de dólares y con complejos de golf, ahí llega todo». «La maldición que tiene Venezuela es que está al lado de Colombia», añade, porque desde allí se controla la cotización del dólar y se institucionaliza un contrabando masivo de gasolina.

No ve una solución inmediata con una oposición a las órdenes de Washington que «solo admite las elecciones cuando ganan ellos» y con EEUU que «no reconoce a Venezuela como país y solo quieren su petróleo».

Pese a todo, Otxotorena se emociona cuando, después de una pesimista radiografía de la situación, afirma que el pueblo venezolano «es un pueblo alegre, solidario. Hay cultura de barrio y la gente sobrevive a base de solidaridad y de cariño, se protegen los unos a los otros».