Antonio BROTO&punctSpace;(Efe)
GINEBRA

Bruno Ganz, uno de los grandes actores europeos del último medio siglo

El actor suizo Bruno Ganz, fallecido ayer de cáncer a los 77 años en su Zúrich natal, fue uno de los grandes intérpretes del cine europeo en el último medio siglo, encarnando papeles inmortales como el del ángel Damiel en «El cielo sobre Berlín» o el iracundo Adolf Hitler de «El hundimiento». Su último trabajo en la gran pantalla fue como Verge en la película de Lars von Trier «La casa de Jack» (2018), un filme que relataba la historia de un asesino en serie.

Considerado para muchos el mejor actor en lengua alemana de las décadas recientes, Bruno Ganz trabajó para todos los grandes del cine en ese idioma, desde Wim Wenders a Werner Herzog, pero también estuvo a las órdenes del francés Eric Rohmer, el danés Lars Von Trier o los estadounidenses Francis Ford Coppola y Ridley Scott.

Nacido el 22 de marzo de 1941 en Zúrich, hijo de un mecánico suizo y de madre italiana, Ganz supo que quería ser actor desde la adolescencia y tras finalizar el instituto se matriculó en la Escuela Superior de las Artes de su ciudad. Su debut en el cine llegó en 1960, cuando con 19 años participó en la película suiza “El hombre del sombrero negro”, donde ya empezó a llamar la atención por la intensidad con la que asumía sus papeles. Pese a ese prematuro inicio en el cine, durante década y media hizo, sobre todo, papeles teatrales.

A mediados de los setenta llegaron nuevamente papeles importantes en el celuloide, el primero en “Huéspedes de verano”, de Peter Stein, y tres años más tarde en “Nosferatu, vampiro de la noche”, de Werner Herzog. Ya en esa década empezaría a trabajar también en filmes alejados de la órbita cultural germana, como la francesa “Lumiere”, y comenzaría a darse a conocer en Hollywood como actor de reparto en “Los niños del Brasil”.

También en esos años se iniciaría su relación profesional con Wim Wenders, que le dio algunos de sus mejores roles, primero en “El amigo americano” (1977), y después en “El cielo sobre Berlín” (1987) y en “Tan lejos, tan cerca” (1993).

Ganz desplegó así una intensa y diversa carrera que incluyó desde papeles en conocidos éxitos estadounidenses como “The Reader” o “El candidato manchú” hasta destacados trabajos en Italia y el Estado francés.

Para muchos, especialmente las generaciones más jóvenes, el papel más conocido de Ganz fue el de Adolf Hitler en “El Hundimiento”, controvertida película alemana de 2004 en la que se muestran las últimas semanas del führer antes de su suicido.

Ganz encarnó un Hitler con unas cualidades humanas poco estudiadas en el cine hasta entonces, cabalgando entre la desesperación por la inminente derrota, la fragilidad o la furia por pensar que todo su entorno le había fallado y debía morir con él. Incluso para los no cinéfilos, una de las escenas de esa película en la que grita iracundo al ver que la guerra está perdida, mientras sus subalternos le observan con pavor, se ha convertido quizá en la más parodiada de internet.

Ganz, conocido por poner tal pasión en sus papeles que incluso se llegó a hacer daño al interpretar algunos, contaba de aquella experiencia que se vio obligado a usar una gran fuerza de voluntad para encarnar al líder nazi y «construir una pared en su cabeza» para separar al personaje de sí mismo.

«No quería pasar las tardes en el hotel con el señor Hitler a mi lado», declaraba Ganz en el pasaje de una entrevista que ayer recordaba la agencia suiza ATS.

La muerte del actor, uno de los artistas más conocidos de Suiza, ha producido un gran impacto en el país centroeuropeo. «No hacía un personaje: se encarnaba en él», señaló el consejero federal y expresidente suizo Alain Berset.

Ganz, que padeció problemas de alcoholismo hasta que logró dejar la bebida a los 60 años, padecía un cáncer intestinal diagnosticado en 2018 que le había obligado a apartarse de los escenarios cuando se disponía a ejercer como narrador en la ópera de Mozart “La flauta mágica” en el Festival de Salzburgo.