Joseba VIVANCO
Athletic

Podía pasar y pasó

Las salidas de Córdoba y Kenan dinamitaron un duelo equilibrado en otro serio partido de los leones.

ATHLETIC 2

ATLÉTICO 0


Escribía una vez el genial y malogrado Eduardo Rodrigálvarez que «desde siempre tengo una máxima con el Athletic: si razonamos, perdemos; si creemos, se puede ganar. Ahora mismo no hay racionamiento ortodoxo que nos permita pensar que los de Valverde son superiores en algo al Barcelona. Pero si se cree, a un partido todo puede pasar». Mientras uno imagina al ‘Cholo’ Simeone desperezándose ayer por la mañana, con el sol alumbrando la Plaza Moyua, y otro tanto su extensión en el verde Diego Costa, mascullando aquello de «me encanta el olor a napalm por la mañana», al Athletic es fácil identificarle no con la moralmente aterradora ‘‘Apocalypse Now’’, sino con el legendario western ‘‘La diligencia’’. Especialmente cuando el cochero dice aquello de «si hay algo que no me gusta es conducir una diligencia por territorio apache...».

A los curtidos y sufridos durante tiempos inmemoriales hinchas colchoneros, un día les bautizaron con el sambenito de ‘indios’, cuando en las décadas de los sesenta y setenta apostaron por futbolistas sudamericanos para ganarse, sobre todo, el ‘respeto’ de los demás. Aquel acuñe ‘ofensivo’ ha acabado portándolo su afición con orgullo, y hoy es el día en que aproximarse a las inmediaciones de su portero Jan Oblak –récord de la Liga de partidos imbatido– es como conducir una diligencia por territorio comanche... Y este Athletic, ayer, lo cruzó.

El guión previsto por ambos entrenadores fue el que nadie se saltó en una primera mitad ciertamente anodina por momentos, sin acción ni tiros, tan solo una escaramuza de Ibai Gómez que puso a prueba la pericia del arquero esloveno. Fue en el ya andado minuto 35 y el único disparo a puerta de ambos equipos hasta el descanso. Nada que ver con un segundo acto en el que, por fin, aparecieron los indios, salieron de la reserva en la que se habían mantenido cómodos los primeros 45 minutos, lo que propicio que descuidaran la retaguardia y el Athletic la aprovechara y de qué manera. Con dos envíos a la red de Oblak que pusieron en pie de guerra a San Mamés. Cuando el Athletic no razonó sino que pensó, ganó.

El Athletic llegaba a esta jornada siendo el tercer equipo de la Liga que peores réditos saca después de que su entrenador haga el primer cambio. Tal cual. Y ayer, todo cambió. El de Derio dio entrada al chaval Córdoba por un Muniain, aplaudido, pero poco decisivo y fundido. Era el minuto 70 y poco después ponía su primer balón al área. Nada hacía presagiar que en su siguiente intervención le iba a robar la pelota a todo un avezado Giménez, ceder a Raúl García, este devolvérsela y su pase de delineante ponérselo en bandeja a Williams para que solo tuviera que empujar a la red.

El Athletic había hecho lo más difícil, en un momento clave del partido. Con el Atlético cada vez más volcado sobre la meta de un Iago Herrerín siempre atento y acertado. Minutos por delante y la duda una vez más de si los leones serían capaces de mantener esa ventaja que valía su precio en oro. Garitano dio entonces entrada a Kenan, a falta de poco más de cinco minutos para el final. Y en prácticamente su primera acción, el bosnio sacaba beneficio de una acción de Ibai Gómez y conseguía superar al casi siempre insuperabe Oblak.

Imaginarse San Mamés en ese preciso instante, a los cientos de peñistas llegados desde distintos rincones del planeta fútbol era inenarrable. El Athletic supo aguantar esta vez, Iago se sacó alguna mano provindencial, no se podía escapar, y no se escapó. El premio a un trabajo serio, de nuevo solidario de los leones, y que en ningún momento perdió la cabellera ante el Atlético y supo esperar su momento.

Segunda parte con más ritmo

Garitano salió con San José en la medular junto a Dani García e Ibai Gómez en banda –Susaeta fue el descarte, enfermo–, en tanto Diego Simeone apostaba por una dupla atacante con Morata y el recuperado Diego Costa. A ninguno de los dos delanteros visitantes se les vio en una primera mitad en la que apenas sucedió nada de nada, salvo un disparo con el empeine de un inquieto Ibai Gómez, que Oblak sacaba con relativos apuros. Lo demás, demasiadas indecisiones en los pases, ritmo cansino, partido de masticar mucho y tragar poco, el guión previsto.

Un disparo entre los tres palos de Ibai –el mejor en ese tramo, junto a San José todo el partido o Yeray– fue lo que dio de sí el ataque de los dos contendientes. El Atlético plantado atrás, sin prisa, el Athletic sin liarse la manta a la cabeza. Todo cambió a vuelta de vestuarios.

El Atlético daba un paso adelante y Griezmann con él, erigiéndose en catalizador del ataque de los suyos, ante un Athletic que pasaba apuros en ese tramo inicial, pero al tiempo que no renunciaba a intimidar a Oblak. Williams volvía a probar al esloveno en el minuto 58, pero nada. El partido cogía velocidad y hasta vértigo, sobre todo en un penalti que reclamaba el Atlético y en el que el VAR dictaminaba que no había nada. Protesta colchonera y el preparador físico visitante expulsado. Minuto 62. Con el aragonés Jaime Latre, los chistes justos. Con Oblak, tampoco. Cabezazo de Muniain y parada del arquero.

El choque se enrarecía, marcado por las protestas de unos y otros. Y con ellas se venían abajo las marcas rígidas, el conservadurismo, los miedos, el choque se abria y mientras el Atlético empujaba, el Athletic trababa de buscar premio en alguna carrera de Williams. Podía temerse lo peor, pero es que estaba por llegar lo mejor. Y fue con los cambios. Córdoba y Kenan fueron como el Séptimo de Caballería que vino al rescate del fuerte asediado por los ‘indios’ del Cholo. Los cambios de Garitano, esta vez, dieron en la diana. Sentenciaron a un Atlético que esta vez no le valió con los justo, con su habitual puesta en escena, su guión de casi siempre. Enfrente tuvo un Athletic que dio la impresión de saber muy bien lo que tenía que hacer para que no le pintaran la cara una vez más.

Triunfo muy celebrado, como se les vio a los propios jugadores rojiblancos sobre el césped, en la grada y en un Athletic que respira y ve el horizonte con la merecida traquilidad. Ya lo decía el gran Rodrigálvarez, a un partido todo puede pasar.

Gaizka Garitano: «El trabajo ha sido increíble y son tres puntos más»

«Hemos hecho un muy buen primer tiempo, hemos movido bien el balón aunque nos cuesta en el tramo final. El trabajo ha sido increíble. Ellos han dado en la segunda mitad un paso adelante, pero al final tres puntos muy, muy importantes porque el rival hace que la victoria sea muy importante». Se mostró un satisfecho Gaizka Garitano a la finalización del choque. «Con Griezmann por dentro, en la segunda parte, nos han hecho daño, luego hemos corregido, y los cambios nos han dado la frescura y velocidad que necesitábamos arriba. Cada cual ha interpretado su papel hoy y la gente también nos ha ayudado», valoró. En esa línea añadió que «hemos cometido muy pocos errores, porque con esta gente es difícil mantener la meta a cero.

Yo valoro todas las victorias parecido, pero tenemos tres puntos más.

Hoy hemos acertado con el gol y hemos defendido bien, con un trabajo enorme. El equipo tiene esa madurez que sabe defender, era un partido para ganar a los puntos, como las hormiguitas, cada minuto de trabajo. Un partido cerrado y sin ocasiones», concluyó en su análisis. Garitano sí admitió que siente más tranquilidad con estos puntos.J.V.