El Foro Social Permanente se reunió ayer con la presidenta del Parlamento navarro, Ainhoa Aznárez, para transmitirle las conclusiones de la sesión realizada en Donostia hace dos semanas con diferentes víctimas de violencia estatal, entre las que había cinco casos navarros muy conocidos (Germán Rodríguez, muerto a tiros en Sanfermines 1978; José Miguel Etxeberria Naparra., desaparecido desde 1980; Angel Berrueta, al que mataron un expolicía y su hijo en 2004...)

Fernando Armendáriz y Expe Iriarte remarcaron que todas estas personas «están viviendo una doble victimización, porque sobre ellas se expandió un manto de sospecha y porque se han sentido abandonadas por las políticas públicas».

Hicieron ver además a Ainhoa Aznarez que en el caso de Nafarroa «esto es mucho más grave aún por el peso que tienen los sectores negacionistas del conflicto».

«Nuestra delegación le ha trasladado su demanda de conocer la verdad –declararon tras esta reunión «muy interesante» los representantes del Foro Social–. En su caso no esperan justicia, pero demandan la verdad como instrumento sanador».

La presidenta del Parlamento navarro puso sobre la mesa el pronunciamiento de la Cámara que establece que no es aceptable que ninguna víctima se sienta discriminada y la necesidad de buscar mecanismos de reparación.

En una de las últimas sesiones de esta legislatura se acaba de aprobar una ley al efecto, después de que el primer intento fuera tumbado por el Tribunal Constitucional español.

Mismas respuestas

La propuesta del Foro Social Permanente de construir un consenso político y social en torno a la idea de que «ante las mismas vulneraciones de derechos humanos, mismo reconocimiento e iguales derechos», Ainhoa Aznarez expuso el trabajo hecho en el Palamento de Nafarroa esta legislatura y también la pasada, para añadir que «confío en que cada vez sean más las políticas que se basen en los derechos humanos, en las personas, más allá de los objetivos políticos que puedan traer unas u otras causas».

El Foro Social Permanente concluye su valoración de este encuentro de ayer señalando que «la sociedad navarra no aceptará que nunca más ninguna víctima se sienta discriminada. Entendemos que esa es una línea roja que no se puede rebasar y este consenso debe ayudar a blindarla».