Natxo MATXIN
BALONMANO

Un mermado Anaitasuna planta cara en el Palau

Nantes y Ceretta fueron bajas, con lo que dispuso de menos lanzamiento.

BARCELONA 35

ANAITASUNA 26


Visitar el Palau siempre es un incordio, lo más parecido a un dolor de muelas, pero es un trámite que, al menos, hay que cumplirlo una vez al año. Como era de esperar, Anaitasuna acabó cayendo en este desplazamiento (35-26), pero plantó cara en algunas fases del choque, la nota positiva que cabe extraer del duelo.

Con las notables ausencias de Nantes y Ceretta, lo cierto es que la escuadra navarra quedaba muy mermada en cuanto a lanzamiento, un factor muy a tener en cuenta si te mides a un rival de la envergadura del Barcelona. Lo cierto es que ese hándicap le pasó factura a los de Iñaki Aniz durante los primeros compases del choque, muy precipitados y con continuas pérdidas que eran muy bien aprovechadas por los anfitriones blaugranas.

Se ponen 12-10

Sin embargo, las diferencias nunca se marcharon más allá de los cuatro goles, una distancia más bien asumible para los anfitriones, que incluso se permitieron el lujo de apretar el luminoso cuando le fueron cogiendo el ritmo al envite, hasta colocarse 12-10 con una diana de Etxeberria.

El acercamiento le hizo ponerse las pilas al Barcelona y, aunque Aniz solicitó un tiempo muerto para frenar la reacción local, ello no impidió que los de Xavi Pascual apretasen el acelerador para marcharse de cinco al descanso (16-11).

El empuje culé tuvo continuidad tras el receso, con la idea de salvar la papeleta cuanto antes y pensar en la eliminatoria de cuartos de Champions que les aguarda a los catalanes frente al Nantes. La distancia ahí sí que se hizo sensiblemente mayor, hasta un 22-14 casi definitivo.

Anaitasuna no se rindió y firmó un 0-5 de parcial favorable que dejó el electrónico en un honroso 24-20, que pudo ser incluso mejor de no mediar sendas paradas de Moller. Pero el Barcelona no dio pie a la sorpresa y metió una marcha más para abrir una brecha rotunda.