Pablo RUIZ DE ARETXABALETA
ESTUDIO DE LAS NEURONAS DE OJO DE BALLENA

UNA INVESTIGACIÓN INÉDITA EN RIESGO DE QUEDAR VARADA

Un estudio inédito en el mundo, el de las neuronas del ojo de la ballena varada en Sopela hace dos meses, corre el riesgo de quedar bloqueado como el cetáceo por falta de financiación. Una catástrofe generalizada en la inversión científica, según sus investigadoras.

Que una ballena llegara el 3 de febrero a la playa de Sopela; que estuviera aún viva; que a escasos kilómetros se encontrara uno de los pocos laboratorios especializados en los ojos de mamíferos, en la presión intraocular y, específicamente en el glaucoma; que la investigadora que lo lidera escuchara esa mañana las noticias y que el animal aún permaneciera allí cuando acudió al día siguiente a por su ojo fueron un cúmulo de casualidades que dieron inicio a una investigación inédita en el mundo.

Que Elena Vecino, catedrática de biología celular e histiología de la UPV-EHU fuera rápidamente a la playa no fue casualidad, sino consecuencia de su trabajo centrado en los ojos y sobre todo, de su curiosidad. «De eso tengo mucho, la verdad. Non gogoa han zangoa», afirma.

Vecino lleva treinta años trabajando en torno a la presión intraocular y, especialmente en el glaucoma, e hizo su tesis doctoral sobre los ojos de peces. Así que su interés en saber cómo funciona el ojo de un mamífero que vive en el agua a altas profundidades la llevó hasta la playa de Sopela una mañana de lunes, en principio solo para preguntar si podía extraer el ojo de la ballena. El día anterior todavía estaba viva, por lo que las posibilidades de estudiar sus características, con las células aún sin descomponer, eran mayores. «Era una oportunidad de oro», subraya.

Casi sin tiempo, tuvo que improvisar. «Me dijeron: ‘tienes quince minutos porque las grúas ya vienen de camino’. Así que no podía volver al laboratorio a coger material». Los voluntarios de la organización Ambar le prestaron mascarillas y bisturís y metió el ojo en una bolsa de plástico. De hecho, de camino al laboratorio en la Facultad de Medicina de Leioa se cruzó con las grúas que iban a retirar la ballena. La ventaja de estar tan cerca de la playa hizo que pudiera llegar con las células aún vivas. Allí comenzó un trabajo de siete horas para preparar los cultivos de las neuronas del nervio óptico.

El trabajo habitual del laboratorio se lleva a cabo con células de ojos de cerdos. Pero la ocasión era extraordinaria, así que el equipo de investigadoras paró todo lo que tenía preparado para el cerdo para dar paso a la ballena.

Diseccionaron el ojo, estudiaron el tejido que lo rodea, extrajeron una estructura ósea que lo protege y pusieron en marcha los cultivos, en los que las células nerviosas empezaron a reproducirse, comenzando lo que hasta ahora han sido dos meses de investigación inédita en el mundo.

Pese a que los varamientos de ballenas son habituales, los análisis apenas se centran en el aspecto macroscópico. «Si han comido plástico o no, cosas muy generales». Pero este tipo de investigación tan específica apenas se ha llevado a cabo y tampoco hay tantos laboratorios que trabajen específicamente con la retina del ojo. Como mucho, señala Vecino, la morfología de ojos de cetáceos muertos en acuarios, pero de forma esporádica y son orcas o delfines, nunca del tamaño de una ballena.

La peor situación en treinta años

Pero el estudio puede quedar varado como la ballena de Sopela por falta de dinero. «Es un estudio interesantísimo pero nos ha pillado con una financiación bajísima», lamenta la investigadora.

«El Gobierno Vasco anda con un retraso tremendo, el Ministerio está con un retraso de un año, la universidad tiene poco dinero. Estamos en la época económicamente más desastrosa. En treinta años yo no había tenido una situación de financiación hacia la ciencia tan mala», denuncia.

El equipo de Elena Vecino ha tenido que pedir una ayuda a la universidad y disponer de fondos de otros estudios para mantener la investigación «que no es una cosa que puedas guardar en el armario y el año que viene continuar investigando».

«Todas nuestras energías y metodología dedicada a otro proyecto lo hemos dedicado a este», y no había una partida específica para este estudio. Hace años las instituciones mantenían un fondo para imprevistos del que echar mano si se presentaba una oportunidad como esta, pero eso acabó hace tiempo y solo una publicación en una revista científica internacional cuesta miles de euros. «Pero ahora estamos en los mínimos de los mínimos. A pesar de todo yo he apostado por este estudio y estoy disponiendo de fondos de otras cosas pero todavía no me han contestado si me van a poder financiar algo de lo que estoy haciendo». El peligro es que la investigación se quede en punto muerto.

No se trata solo de que falle el dinero para el estudio de un ojo de ballena, sino que el problema afecta a toda la investigación científica en general.

«La financiación para la investigación en los últimos años es penosa. No se puede paralizar la inversión en investigación. Es una situación patética», en todo el Estado español, denuncia Vecino, que subraya que en el caso vasco «además la focalización de la investigación va hacia otras lindes. En la universidad no se está financiando como antes, que eramos un sitio de élite y de envidia, ahora estamos cayendo en la decadencia de todos».

Durante una década en esta situación «hemos ido aguantando los grupos que teníamos más proyectos y financiación y colaborábamos con empresas. Yo claro que colaboro con empresas, pero ese no es el fuerte de la investigación», explica.

También se pierde el trabajo de formación. «Hay personas que han trabajado conmigo durante años y ahora se les ha acabado el contrato y están en paro. Encontrarán trabajo en otro sitio y ya no las podré repescar y se han formado en la investigación en un trabajo muy largo, duro y específico. Si pierdo a los que saben ahora trabajar con retina y ojos voy a tardar otros cinco siete años en formar a investigadores que sean capaces de hacer eso. No puedes dejar de financiar durante diez años y luego pedir que siga la investigación al mismo nivel», advierte.

Pérdida de calidad y prestigio

El entusiasmo de la investigadora con su trabajo no oculta su enfado. «Es una catástrofe realmente, porque volvemos a la edad primitiva de la investigación. Tenemos una infraestructura fantástica, pero si no tienes personal que la utilice ni proyectos que la desarrollen para qué necesitas esa infraestructura en la que hemos gastado tanto dinero y tanto esfuerzo. Esa es la catástrofe de lo que está pasando en la investigación y en particular en la universidad», critica.

Profesores e investigadores tienen que compaginar su labor docente con la continua solicitud de fondos que no llegan ni a los equipos más consolidados. «Si los fondos públicos no van adelante la universidad terminará siendo un ‘instituto-segunda parte’ y empiezo a pensar que, de algún modo, ese es el interés. Y eso es la pérdida de calidad y de prestigio de un país. Y es una pena porque durante muchos años lo hemos estado haciendo muy bien».

En este caso –apunta el equipo que investiga el ojo de la ballena– no es solo el interés a nivel mundial sobre el mamífero mas grande nunca estudiado «y que vamos a estudiar nosotros, que somos expertos en eso», sino que también «somos el grupo de referencia que tiene modelos de animales con glaucoma», la patología que más ceguera causa en el mundo, y habitualmente consultados para posibles futuros fármacos.

Así que «lo de la ballena es dramático, es importantísimo, pero en lo otro, que hemos tardado veinte años en conseguir prestigio internacional, tenemos la investigación paralizada y es una tragedia para el futuro en el que las personas se queden ciegas.

Elena Vecino apela a la responsabilidad del Gobierno de Lakua y el Ministerio español de Ciencia y Tecnología, que «no están a la altura». Lakua identificó el año pasado 78 grupos consolidados, evaluados como productivos en un trabajo de muchos años, «y nos dejaron con financiación cero. Generas un equipo y unas necesidades, tienes personas pagadas con ese dinero, y de la noche a la mañana te dicen: ‘seguís siendo fenomenales, os evalúo positivamente y os doy financiación cero’». «Nos tienen paralizados. La universidad hace lo que puede con el dinero que tiene», insiste, y critica que en tiempos de crisis se opte por reducir la financiación en investigación.

Resultados

Mientras esperan esos fondos, el equipo de investigadoras sigue con su trabajo, fijando, tiñendo y analizando las neuronas que se reprodujeron en los cultivos y obteniendo resultados que publicarán en artículos científicos. Serán resultados que tendrán que completar otros estudios, para confirmar cómo resuelven las ballenas el problema de la presión en el ojo; el papel que cumple el gran párpado y la estructura ósea que lo protege; si sustituyen la escasez de fotorreceptores por otros sistema de captación de la luz, las pautas de crecimiento de las neuronas; si los marcadores de envejecimiento que se han observado se deben a la edad de la ballena varada o a es extensible a otras,...

«Por supuesto que estoy observando con ojos de científica que estudia enfermedades oculares. No solo con una base de investigación básica y descriptiva. Estoy describiendo pero estoy mirando en comparación con lo que sucede en patologías de humanos, porque es nuestro trabajo», aclara Vecino.

Lo que no implica que con lo que se descubra directamente se vaya a curar patologías. Lo que se publicará serán datos particulares del ojo de esa ballena. Eso sí, la información puede dar pistas para desarrollar sistemas que ayuden en los casos de glaucoma y podrá sumarse a la de otros investigadores en otras partes del mundo, por lo que aconseja huir del sensacionalismo de asegurar «que ayudará a curar el alzheimer».

 

un equipo de referencia para laboratorios punteros

El equipo de Elena Vecino se ha convertido en referencia de los más punteros del mundo. Una casualidad más hizo que prácticamente dos semanas después del varamiento de la ballena, el 21 febrero, estuviera prevista en Leioa la reunión científica Glaucoma and Optic Nerve Regeneration, tras la que se invistió honoris causa al maestro y mentor de la investigadora, Sansar C. Sharma, una de las máximas autoridades en oftalmología, pionero en el estudio de la regeneración del nervio óptico en peces y el primero que estableció un modelo de glaucoma en animales. En ese congreso, investigadores de primera línea sobre el glaucoma, llegados de Singapur, Inglaterra o Alemania pudieron ver los primeros resultados, aún en una fase inicial. «Ya habíamos visto que las células gliales de la retina estaban creciendo en cultivo, les presenté la primera neurona de ballena que había crecido in vitro. –señala Vecino– La información se extendió de primera mano a los laboratorios mas punteros. Somos los únicos que han hecho crecer neuronas de ojo del mamífero más grande. Somos referencia».P.R.A.