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Estado de excepción en Sri Lanka por los progromos contra musulmanes

Sri Lanka volvió a establecer ayer el estado de excepción en todo su territorio tras los ataques contra la comunidad musulmana que han provocado la muerte de una persona.

Soldados patrullaban ayer en vehículos blindados las localidades afectadas por la violencia sectaria en Sri Lanka, y la Policía anunció la detención de trece personas en relación con estos ataques que pretenden ser represalias por los atentados del domingo de Pascua en los que murieron 250 personas en iglesias y hoteles.

El toque de queda volvió a instaurarse a partir de las 21.00, hora local, en todo el país, donde se han bloqueado las redes sociales.

Los ataques comenzaron el domingo, en pleno Ramadán, en la provincia del Noroeste. Las multitudes atacaron comercios, viviendas y vehículos de vecinos musulmanes, además de varias mezquitas.

El lunes, en el distrito de Puttalam, un hombre fue linchado en su taller de carpintería en uno de estos progromos y murió apuñalado. Según un comerciante de Minuwangoda, hombres en moto que no eran de la ciudad comenzaron a atacar las tiendas y a lanzar cócteles molotov. Más tarde se les unieron habitantes de la localidad que fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.

El propietario de una empresa de alimentación relató que sus instalaciones fueron incendiadas y tres de sus empleados resultaron heridos. a pesar de la presencia de fuerzas de seguridad en el exterior. En Bingiryiya, un líder religioso local afirmó que la mezquita fue saqueada por unas 2.000 personas, también sin que la Policía interviniera. «La Policía se limitó a mirar. Estaban en la calle. No pararon nada. Nos dijeron que nos fuéramos dentro», relató Mohamed Faleel, que dirige un negocio de pintura de coches. La Policía rechazó la acusación y aseguró que la situación está bajo control y los autores serán castigados.