Kontxesi ELEJALDE VILLALAIN
EXPOSICIÓN

La blanca palidez del retrato holandés

Blancos los rostros/ que observan/ el arco iris». Este haiku de la poetisa japonesa Hoshino Tatsuko sintetiza el espíritu de la exposición de fotografía “A Whiter Shade of Pale” ubicada en la sala Kutxa kultur artegunea de Tabakalera. En un mundo multicolor, Ramón Esparza, comisario de la exposición, nos descubre a tres fotógrafas holandesas y su colección de retratos níveos.

Accedes a la sala y te acoge un enorme retrato de una mujer de piel inmaculada flotando, envuelta en una gasa, que recibe la luz sobre un fondo negro. Pertenece este retrato a la serie “Rembrandt 2016”, de la fotógrafa Carla van de Puttelaar que recuerda inevitablemente a los maestros de la pintura flamenca del barroco, Rubens con sus personajes femeninos lechosos y rotundos por una parte, y por otra, la iluminación de Rembrandt que pretende conseguir una máxima definición de luces y sombras.

Emergen iluminados, el cuerpo femenino, la piel de alabastro y la textura de las flores, que son los temas que aborda. Estudia al detalle una piel muy clara, puedes sentir el vello, las pecas, los pliegues de las modelos. En la serie “Hortus nocturnum 2012-2014” aplica el mismo detalle a flores que están a punto de marchitarse. Completa su colección con tres imágenes que tienen un ligero movimiento, “Galateas”. A modo de la figura mitológica, una bella estatua de marfil que cobra vida, se proyectan imágenes estáticas de mujeres pálidas pero con un ligero movimiento de ojos, de brazos, las galateas del siglo XXI.

Más allá de la sensualidad y la sensibilidad de la representación del cuerpo de las mujeres y reivindica la fotógrafa la individualidad, la singularidad de cada una de ellas, sus micro imperfecciones, valiéndose de una iluminación propia del teatro, imágenes que surgen de un fondo negro que no aporta ningún contexto, para hacernos dirigir la mirada a la epidermis, donde al fin y al cabo, comienza y finaliza nuestro contacto con el exterior.

Por otra parte, una serie de retratos en formato cuadrado, realizados con luz natural a jóvenes adolescentes, son las señas de identidad de las fotografías de Hellen van Meene. Chicas en la edad de transición de la niñez a la edad adulta, en la edad de la posibilidad, cuando se producen los cambios sicológicos, físicos, sociales, presentan expresiones lánguidas y de incertidumbre. Las fotografías no tienen títulos, buscando la autora un cierto estado de ánimo, así como la expresión de la inocencia, la placidez y el hastío de la adolescencia.

En el piso superior de la sala de exposiciones el color blanco lo inunda todo. No hay bordes, la pared blanca se mimetiza con las obras expuestas. La ausencia de marcos y de cartelas, así como las obras adheridas a la pared, permitiendo que su leve granulado forme parte de la textura de los retratos, consiguen un ensamblaje de tono sobre tono muy atractivo. Es la serie “Snow White” de la fotógrafa Sanne De Wilde sobre el albinismo. Retratos de personas albinas sobre fondo blanco, en los que no se diferencian los contornos, los hombros de las personas están desdibujados, se integran con el color del fondo, todo son matices del color blanco, únicamente quedan marcados los ojos y la boca, aunque en un tono muy pálido.

Sanne de Wilde investiga el papel de la genética en la vida de las personas, trata de reflejar cómo hacemos que las personas sean «el otro» simplemente a través de la forma en que las miramos. «Si heredas esta enfermedad genética, como sucede con los albinos, es una forma muy física de ser diferente. Es como si esas personas portasen una máscara física que no se pueden quitar», comenta en un video la autora.

La exposición “A Whiter Shade of Pale” es todo un descubrimiento de tres grandes fotógrafas contemporáneas con diferentes formas de entender la fotografía representativa, influenciadas sin duda por la particular luz de los Países Bajos.