Raimundo Fitero
DE REOJO

Comités

Se crean comités para nombrar comités que valorarán lo que dicen otros comités. Es algo así como sucede con las actas, los expedientes, las calificaciones de fiscalías, acusaciones populares, jueces de instrucción y abogados del Estado, que entra en una cadena de influencias y de renuncias. Todo confluye en una cúpula de cristal, en una cúspide donde se sienta el que realmente decide, el que hurga en pasado, presentes y futuros, el que nombra a los comités, los jueces y los fiscales, es decir, el círculo vicioso del poder, de los comités de comités. Algunos le llaman dios.

En este juego de espejos y espejitos para entretener al personal, en donde en cada ronda los cuñados decidimos con quién se puede pactar, cómo movemos las fichas para que todo se quede como decidirá el que nombra los comités, vuelve a valorizarse el término, porque algunos sabemos lo que es el comité central, al igual que sabemos lo que es el centralismo democrático o podemos resucitar nuestras ilusiones asamblearias. Hoy, miramos los comités y nos sentimos miembros de un comité secreto: el que sospecha de que algunas sorpresas deportivas son fruto de las apuestas fraudulentas. Todo es azar. Casi todo está escrito en aquellas estrellas en las que se columpiaban los ratones y los querubines. Un rayo colgado de las especulaciones y los boletines informativos. Nadie tiene la auténtica mentira, sino su mentira. La corrupción ha desaparecido de los comités de pactos de los partidos en estado de contrición. No parece que haya entrado todavía a los comités de árbitros. El mundo del fútbol profesional está bajo la lupa de la policía y los jueces de toga, no los de pantalón corto y pito. Amaños de partidos. ¿para cambiar los resultados de las apuestas o para los maletines que alteran las calificaciones, es decir, el dinero indirecto?