El maillot amarillo, una prenda de leyenda que cumple cien años
El maillot amarillo es el elemento que simboliza el Tour en todo el mundo. Una prenda que celebra este mes de julio los cien años de una historia legendaria y muchas veces polémica, alimentada en gran medida por el único culto de la victoria, cueste lo que cueste.

El de la carrera, el de la primera ascensión al Tourmalet... el Tour ha vivido varios centenarios durante los últimos años, pero en la edición que arranca el sábado celebra otro no menos importante: el del maillot amarillo. Una prenda que se ha convertido en el símbolo del Tour y que se ha generalizado en la mayoría de carreras de ciclismo. Hacemos un repaso a su historia.
Nació en Grenoble
El aniversario coincidirá el 19 de julio, en Pau, con la única contrarreloj de la próxima edición, que partirá el sábado desde Bruselas. Cien años antes, ese maillot claro aparecía furtivamente en el pelotón del Tour, el primero organizado después de la I Guerra Mundial. Amarillo, como el color del papel de imprenta del periódico organizador “L’Auto”, el antepasado de “L’Equipe”. Amarillo, para «reconocer al líder», según el deseo de Henri Desgrange, quien creó el Tour en 1903, dieciséis años antes: «En el futuro, el corredor que ocupe el primer puesto de la clasificación general llevará un maillot especial».
Eugene Christophe, el héroe del Tourmalet que bajó a pie para reparar su horquilla rota en la fragua del pueblo de Sainte-Marie-de-Campan en 1913, fue el primero en vestirlo en Grenoble. Pero el “Viejo Galo” (para entonces tenía 34 años) fracasó en traerlo de vuelta a París, debido a una reparación demasiado larga en la penúltima etapa. Fue el comienzo de una serie de giros, hazañas y golpes teatrales que alimentan una aventura siempre renovada.
El homenaje a Merckx
Un siglo más tarde, el Tour rinde homenaje al campeón que ha llevado ese maillot en más ocasiones (97 días, pero 111 veces en total si se tienen en cuenta los dobles sectores hoy ya olvidados). El director Christian Prudhomme afirmaba que «salir de Bruselas, la ciudad de Eddy Merckx, era rendirse a la evidencia». M-E-R-C-K-X, seis letras que figuran en la parte superior de la pirámide de los 266 portadores del maillot amarillo, por delante de otros dos corredores que lograron ganar la ronda gala en cinco ocasiones: Bernard Hinault y Miguel Indurain, el mejor ciclista vasco de la historia que brilla con luz propia en ese selecto podio de líderes.
En 2012, Eddy Merckx, probablemente el campeón más grande de la historia (y el segundo en ganar el Tour cinco veces después del inolvidable Jacques Anquetil), recuperó su puesto. El estadounidense Lance Armstrong lo había relegado a la segunda plaza durante la interminable secuencia de triunfos entre 1999 y 2005.
Pero el norteamericano perdió definitivamente sus honores después de una investigación que partió precisamente de las acusaciones de Floyd Landis, quien también perdió su victoria del año 2006 por dopaje.
El momento de sus vidas
A veces manchado, a menudo honrado, el maillot amarillo ha sublimado carreras. «Permite encontrar recursos insospechados en momentos difíciles», subraya Thomas Voeckler, el francés que lo ha llevado en más ocasiones durante el siglo XXI. «Esto se queda para siempre», confirma Tony Gallopin, el último francés que lo vistió. Fue en 2014, hace cinco años, la espera más larga del ciclismo francés fuera de períodos de guerra.
Fuera de la carrera, hay un antes y un después, coinciden en señalar todos los que han tenido la suerte de llevarlo. Salieron del anonimato, brevemente o definitivamente, al principio de sus carreras (por ejemplo, Thomas Voeckler y Fernando Gaviria durante la década actual), en su mejor momento (caso de Vincenzo Nibali, Greg Van Avermaet o Peter Sagan) o ya en la última parte sus vidas deportivas (Mark Cavendish o Geraint Thomas, por ejemplo).
Con los tiempos
También la injusticia le acompaña a veces. Corredores de la importancia de Raymond Poulidor antaño, o de Nairo Quintana, Thibaut Pinot y Romain Bardet actualmente, solo han po- dido acercarse a él, nunca lo han vestido. Una constante, al igual que su adaptación a cada época. El viejo trozo de tela de sus primeros años se adhiere ahora a las nuevas tecnologías textiles, como demuestra la combinación de altas tecnologías prevista para las cronos.
El símbolo del Tour se ajusta a los nuevos tiempos, incluso en su dimensión económica. Desde 1948 cuenta con un patrocinador particular, cuyo nombre luce al lado de la marca deportiva, junto a las iniciales de su creador (Henri Desgrange). Después de lucir todo tipo de empresas (aperitivos, gasolina, cerveza, helados...), desde 1987 cuenta con el apoyo del banco LCL procedente de Crédit Lyonnais. El único nombre que tiene garantizado el estar en lo alto del podio final el 28 de julio, a la luz final de los Campos Elíseos.
De Cancellara a Feillu, líderes de todo tipo en lo que llevamos de milenio
Dejando los corredores de antaño y viniendo al actual milenio, encontramos líderes de todo tipo. El más asiduo sería Fabian Cancellara, que entre 2004 y 2015 demostró la regularidad de un metrónomo. En seis Tours diferentes, el de Berna vistió el maillot amarillo 29 veces, récord para un corredor que nunca haya ganado la general. Basaba en su superioridad en los prólogos (Lieja en 2004 y 2012, Londres en 2007, Rotterdam en 2010) o la crono inaugural (Mónaco en 2009). Obtuvo el último en 2015, por poco, antes de cederlo al día siguiente tras una caída. En la categoría de los habituales, Chris froome ha subido al podio para el maillot amarillo en cuatro Tours desde 2013.
El más polémico sería Lance Armstrong, desterrado de por vida del ciclismo por el dopaje. Siete veces de amarillo en los Campos Elíseos, tuvo un final triste que también conocieron otros líderes como Floyd Landis o Michael Rasmussen.
Y también se podrían citar al más precoz, un Fernando Gaviria que vistió el maillot amarillo al final de su primera jornada en el Tour; o el más efímero, un Romain Feillu que estuvo de amarillo 40 minutos en 2008, el tiempo que duró una contrareloj de 29 kilómetros en Cholet.AFP-A.A.

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