La tercera y más cara entrega de la saga
La inicial “Objetivo: La Casa Blanca” (2013) costó 70 millones de dólares y funcionó muy bien en taquilla, porque la película del afroamericano Antoine Fuqua salió ganando en la comparación con “Asalto al poder” (2013) de Roland Emmerich. Los productores creyeron entonces que podían hacer siempre más con menos, por lo que para “Objetivo: Londres” (2016) rebajaron el presupuesto a 60 millones y el resultado fue muy inferior, poniendo en peligro la franquicia. De ahí que con “Objetivo: Washington DC” (2019) hayan decidido echar la casa por la ventana e invertir 80 millones. A fin de hacer notar el incremento presupuestario en el avance han incluido la espectacular secuencia del ataque de los drones.
Y en medio del despliegue de la acción los guionistas han querido también aumentar la responsabilidad y peso dramático del protagonista, con un héroe que ya empieza a mostrar síntomas de cansancio, aunque solo sea porque el actor escocés Gerard Butler está a punto de cumplir los cincuenta. Como quiera que el escolta presidencial es el único superviviente de todo el equipo de vigilancia las sospechas recaen sobre él, que ha de refugiarse en las montañas en busca de su padre, un Nick Nolte a lo Rambo.

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