Jon ORMAZABAL
Pelota

Aimar-Albisu sanan heridas

Superaron a Artola-Imaz en un durísimo partido de 705 pelotazos y pudieron celebrar un título juntos.

OLAIZOLA-ALBISU 22

ARTOLA-IMAZ 18


No fue, ni mucho menos, una placentera sesión de rehabilitación, sino una exigente paliza de 705 pelotazos, pero la final del Donostia Hiria, la más equilibrada y diputada del presente verano, sirvió a Olaizola II-Albisu para sanar viejas heridas, de estíos como el anterior en el que no terminaron de cuajar juntos, o el dolorosísimo Parejas de este año, frenado abruptamente por la grave lesión del de Goizueta cuando estaban llamados a hacer algo grande.

No es que el título de Donostia pueda ser comparable a unas semifinales del Parejas, pero tanto el qué –a ambos les hizo especial ilusión ganar algo juntos–, como el cómo, en un partido exigente ante una pareja de su misma empresa, lo que le añade dotes sanadoras en lo colectivo, les sirve para cerrar un capítulo y mirar al futuro con mayor optimismo.

Dominio de Albisu

La final donostiarra se presumía plácida en un comienzo de partido en el que el dominio de Albisu en los cuadros largos era determinante (9-3). Sin embargo, fueron los propios Olaizola II-Albisu los que, con sus errores, metieron en partido a unos Artola-Imaz que se agarraron a la final como garrapatas, gracias al tesón de Ander Imaz y de un Iñaki Artola cada vez más agresivo a medida que fue olvidándose de las dudas de su zurda.

La defensa del de Alegia también fue destacable, así como lo que ayudó a su zaguero ante el asedio de un Albisu mandón, pero tras desgastar la diferencia a su mínima expresión en el 16-15, también cometió algún error en el peor momento que les privó de la remontada, aunque el público agradeció su esfuerzo.