Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - RETABET BILBAO BASKET

Una jornada inmejorable

Los hombres de negro batieron a Valencia Basket tras hacer una gran primera mitad y saber sufrir cuandollegó el cansancio. Salgado recibió un homenaje tras el partido. Su camiseta volverá a pender de Miribilla.

RETABET B. BASKET 83

VALENCIA BASKET 79


«No olviden supervitaminarse y mineralizarse», decía Super Ratón en aquellos añejos dibujos animados. Lo exhibido por los hombres de negro en los 20 primeros minutos, frente a todo un equipo de Euroliga como es este Valencia Basket, que se ha visto siempre un segundo por detrás, fue increíble, con un Rafa Martínez extramotivado ante su exequipo.

Pero lo mejor estaba por llegar. Valencia Basket se puso las pilas mientras que el cansancio lastró las piernas de los de Mumbrú. Sin embargo, estos aguantaron, con un Kulboka providencial en el último cuarto, al tiempo que Rafa Martínez le puso el sello al choque con sus tiros libres.

Y para postre, un sentido homenaje a Javi Salgado, unos 20 minutos añadidos en los que no se movió ni una mosca de los 7.333 espectadores que se reunieron en el Bilbao Arena, empezando por unos jugadores taronjas que se portaron como unos caballeros. Salgado fue agasajado como merece, y como corolario, la vicepresidenta de Bilbao Basket Isabel Iturbe anunció que la camiseta con el número 14 del exjugador de Santutxu volverá a verse colgado en el Bilbao Arena.

Una primera mitad perfecta

El arranque, bajo la misma senda triplista del partido de Tenerife, no pudo ser mejor: un 9-2 de parcial con un Rafa Martínez tan revolucionado como acertado frente a su exequipo. El cuarto fue perfecto, finalizado con 28-18, con un inverosímil triple de Sergio Rodríguez, ¡noveno! anotador de un Bilbao Basket menos pendiente del acierto de Brown –ayer todo le salió cruz– o Bouteille que en Tenerife.

En esos diez primeros minutos todo el quinteto titular lograba una canasta en juego y cuatro reservas también, sumando un 11 de 16 en tiros de campo –4 de 6 en triples–, 8 asistencias y un equilibrio reboteador bastante más asentado que en el estreno liguero, en buena medida porque jugadores como Kulboka e Iván Cruz se mostraron más entonados, algo esencial teniendo en cuenta que Sulejmanovic no pudo jugar.

Sin embargo, lo verdaderamente increíble fue el desempeño de los hombres de negro en el segundo cuarto. Se podía esperar un bajón, pero nada más lejos, porque el juego de los entrenados por Alex Mumbrú siguió a tope de revoluciones.

No dudaban los bilbainos en hacer personales llegado el caso, bien al contrario de un Valencia Basket mucho más pasivo en esas lides defensivas. La entrada de Vives le dio aire a la escuadra taronja, pero no logró frenar la inercia del juego bilbaino. El segundo parcial fue de 25-16, con hasta 15 asistencias repartidas y un envidiable equilibrio que Ben Lammers sigue dándole a la defensa bilbaina –incluyendo un taponazo sobre Labeyrie al filo del descanso–, mientras que el ataque seguía a un nivel imposible de sostener: 22 de 34, con 6 de 12 en triples. El 53-34 al descanso hizo que más de uno y más de dos se frotaran los ojos.

Gestión de la agonía

El bajón empezó a vislumbrarse en el tercer cuarto, pero no asomó con toda su crudeza hasta el asalto final. Los hombres de negro se mantuvieron con una cómoda renta en el tercer parcial, terminando el cuarto con 71-57 a su favor. No obstante, un apagón de más de seis minutos ayudó a Valencia Basket a meterse en la pelea por el partido, después de encadenar un parcial de 0-12. Cuando Balvin cortó la sequía, se celebró como un gol en el descuento.

Por increíble que parezca, Valencia Basket no llegó a igualar el marcador aunque se arrimó a dos puntos varias veces, una de ellas con 73-71, en una larga jugada en la que la defensa bilbaina rozó el límite sin que los árbitros pitaran nada. En todo caso, con la reserva del combustible, los hombres de negro sacaron fuerzas de flaqueza y recuperaron algo de acierto, primero de la mano de Rouselle y después con un triple de Kulboka. Asimismo, la entrada de Rafa Martínez fue esencial para obligar a Valencia Basket a gastar faltas y conseguir unos necesarios lanzamientos desde la línea de tiros libres.

El partido entró en los últimos segundos con 81-77 y dos tiros libres para Dubljevic. El montenegrino no falló y, tras el tiempo muerto de Mumbrú, Rafa Martínez logró sacar dos tiros libres, unos tiros que anotó con firmeza. Solo restaban 14 segundos de sufrimiento antes del posterior homenaje y la alegría.