Ane URKIRI ANSOLA
BILBO

Los seis despidos en Artiach llegan hoy a los tribunales

Seis trabajadoras de la planta Artiach de Orozko fueron despedidas en junio después de que la Inspección de Trabajo considerara que se estaba cometiendo fraude en sus contratos eventuales. La Inspección instaba a la dirección a que siete trabajadoras se convirtieran en empleadas indefinidas. La dirección solo contrató a una. Llevaban trabajando en la empresa entre seis y diecisiete años, mediante una ETT, con contratos cortos pero de forma continuada.

Las trabajadoras y los trabajadores de la planta de Artiach en Orozko mostraron ayer su apoyo a las seis empleadas despedidas por la dirección de la empresa. Hoy empieza en Bilbo el juicio contra estos despidos. Como recordó LAB, los despidos se han producido después de que la Inspección de Trabajo instara a la dirección a que convirtiera a siete trabajadoras en trabajadoras indefinidas porque consideró que estaba cometiendo fraude en sus contratos eventuales.

En mayo de 2018, LAB decidió interponer una denuncia para frenar la alta tasa de eventualidad que hay en esta fábrica. La Inspección de Trabajo emitió su decisión este junio y la dirección solo ha cumplido con el deber respecto a la situación de una trabajadora «porque tenía un contrato que dificultaba su despido», según detalló a GARA Tamara Martin, representante de LAB en este conflicto.

Estas siete trabajadoras eran contratadas por medio de una empresa de ETT (Randstad). Martin explicó que en el convenio de la empresa estaba fijado que los contratos por esta vía no pueden superar el 10%, «y lo superan por mucho».

Llevaban trabajando en la empresa entre 6 y 17 años, «con contratos cortos pero de forma continuada», tal y como afirman las propias trabajadoras en un comunicado. «La temporalidad es muy grande en la empresa. En algunos turnos la mayoría de trabajadores tienen contratos temporales», advierten y detallan que la oficina de la ETT está dentro de las instalaciones de la empresa, «al lado de la de recursos humanos, dentro de las instalaciones de la empresa».

«Nos llamaban a cualquier hora, y nosotras siempre estábamos dispuestas a trabajar, aunque nos llamaran hora y media antes de que comenzara el turno. A veces hacían contratos para cubrir bajas, pero luego nos pedían cualquier trabajo más allá de esa baja o, depende del día, nos decían que nos quedáramos en casa», relatan las empleadas. En dicho texto manifiestan también que han sufrido «desprecios, degradaciones personales y ataques», y que han tenido que comprar ellas mismas su ropa de trabajo.

Por diferentes vías

Tamara Martin informó a este diario de que los despidos se han producido de forma distinta. Algunas tenían contrato el día que se les comunicó la decisión y otras estaban a la espera de la llamada para volver a trabajar. «A las que teníamos el contrato en activo nos mandaron unas cartas diciéndonos que dejaban de contar con nosotras por ‘vagas’», explicaron las propias trabajadoras. «Es repugnante, ¿llevamos 17 años haciendo el vago o qué? Es una auténtica mentira».

En el caso de las que estaban a la espera de la llamada, la ETT les puso la excusa de que no había mucho trabajo y que los puestos vacantes del verano los iban a ocupar los prejubilados: «También han dejado de llamar a otras trabajadoras temporales en modo de represalia».

Hoy empieza el juicio con dos sesiones y Martin considera que van a ser importantes. Las demás se realizarán en enero. Cree que la dirección va a ir hasta el final del proceso «para hacerse con la suya» y que no buscará ningún acuerdo.

En la concentración de ayer, organizada por LAB, hubo presencia de algunos delegados de otros sindicatos «pero no en representación de la central». UGT tiene la mayoría; le siguen ESK, ELA y LAB.