GARA
BEIRUT

Una gran cadena humana reclama en Líbano el cese del Gobierno

Decenas de miles de manifestantes formaron ayer una cadena humana como gesto de unidad nacional contra el Gobierno, hastiados de la austeridad y de las condiciones de vida, en el undécimo día de protestas por todo el país. La cadena se extendió a lo largo de 170 kilómetros del norte al sur de la costa atravesando Beirut, Trípoli o Sidón –lo que supondría unos 100.000 manifestantes– mientras sus participantes corearon el himno nacional o el grito de «Revolución».

La ola de protestas contra la élite política y la corrupción continuó bloqueando las carreteras clave mientras, bancos, escuelas y las principales empresas siguen cerradas. Las manifestaciones exigen la disolución inmediata del Gobierno libanés, cuya decisión a mediados de mes de gravar la aplicación de mensajería WhatsApp terminó por agotar la paciencia de una población incapaz de llegar a fin de mes.

La tensión ha aumentado en los últimos días, después de que los manifestantes expresaran su temor a que el movimiento chií Hizbulah fuerce enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Su líder, Hasan Nasralá, lo niega y respalda al actual Gobierno como mal menor frente a «un vacío de poder que colapsaría el país».

Tras once días consecutivos de protestas ahora Líbano podría enfrentarse a un problema de desabastecimiento de productos alimentarios básicos.

El sindicato de productores de harina advirtió de que sus reservas podrían agotarse «en unos veinte días», puesto que los camiones que transportan trigo y otros productos no pueden circular por las principales carreteras y calles, cerradas con barricadas.