La alemana Nina Hoss ganó en Donostia la Concha de Plata a Mejor Actriz ex aequo por su papel de una obsesiva profesora de violín, en el segundo largometraje como directora de la actriz televisiva Ina Weisse, a la que en la gran pantalla pudimos ver en “La sombra del pasado” (2018) de Florian Henckel Von Donnersmarck, y que había debutado tras la cámara con “The Architect” (2008), iniciando su colaboración con la guionista Daphne Charizani. El hecho de que la una toque el chelo y la otra el violín les ha facilitado la escritura de “La audición” (2019).

Las críticas de Zinemaldia coincideron a la hora de señalar influencias del cine de Haneke, pero sobre todo al hablar de una versión centroeuropea, más fría y menos temperamental, de la oscarizada película de Damien Chazelle “Whiplash” (2014), que también escenificaba un duelo entre profesor y alumno, pero dentro del mundo del jazz. Aquí se trata de interpretar a Bach, y la música barroca parece exigir todavía un mayor nivel de perfeccionismo, al menos tal como la concibe la protagonista, que desea potenciar en su discípulo más aventajado aquellas cualidades que ella no ha podido desarrollar como concertista frustrada.