Arnaitz GORRITI
KIROLBET BASKONIA

Los «idus de noviembre» ahora aprietan a Perasovic

El preparador croata no pudo sino pedir «perdón» tras la sonrojante derrota por 83-113 ante el Maccabi.

«Es un asunto muy delicado / El de la pena capital / Porque además del condenado / Juega el gusto de cada cual / Empalamiento, lapidamiento / Inmersión, crucifixión / Desuello, descuartizamiento / Todas son dignas de admiración / Pero dejadme, ¡ay!, que yo prefiera / ¡La hoguera! ¡La hoguera! ¡La hoguera! / La hoguera tiene, ¡qué sé yo! / Que solo lo tiene la hoguera», cantaba Javier Krahe. Es noviembre en el seno de Kirolbet Baskonia y eso significa que la corbata de los entrenadores empieza a apretarles el gaznate.

Si antes cayeron Herb Brown, Dusko Ivanovic, Marko Crespi, Salva Maldonado o Pedro Martínez –por dos veces–, y si Sergio Scariolo salvó por los pelos aquel escollo en la campaña 2013/14, Velimir Perasovic –que ha vivido otras salidas por la puerta falsa–, tiene motivos de preocupación. Son los «idus de noviembre», que quieren cobrarse su tributo, y más si derrotas como la del jueves ante el Maccabi por 83-113 se vuelven a dar. Y más que las derrotas, la pobre imagen ofrecida.

Tras el final del partido del jueves, ya casi decidido para el descanso –32-55– y apuntillado a golpe de triple en el tercero, Velimir Perasovic tardó una eternidad en acudir a la sala de prensa. Y cuando lo hizo, reconoció que «ha sido el peor partido con diferencia hasta ahora. Nos han pasado por encima en todos los sentidos. Lo único que podemos hacer es pedir perdón a los aficionados». Un mea culpa público que no se escuchaba desde la época de Scariolo.

«Su acierto y nuestra incapacidad defenderlos los ha llevado a tener ventajas. Han jugado muy duro y no hemos tenido respuesta. Un equipo que juega en casa y comete 15 faltas menos y no llega al bonus, es mala señal. Hay que empezar a analizar el partido desde ahí», advertía un cabizbajo Perasovic.

Un Perasovic que, además, cometió la imprudencia de tener a Shengelia y Garino, los únicos que dieron cara en medio del desastre, sumando 55 de los 83 puntos del equipo, 35 minutos, pese a tener la consciencia de que voltear el partido ante un gran Maccabi era imposible. «Pensaba que era mejor quitarlo –a Shengelia–, pero era el único con Garino que estaba anotando. Quizá en ese momento me ha podido más el corazón, porque no quería perder de tanto», admitió el de Split, añadiendo un desatino a un día para olvidar. O mejor para no olvidar, no vaya a repetirse.

Cuatro partidos en casa

La imagen de un Buesa Arena en desbandada, en el que solo quedaron unos mil espectadores en los últimos minutos, fue de las más tristes que se recuerdan. La impotencia no se circunscribió solo al parqué o al banquillo, sino que alcanzó de lleno la grada.

Pero la vida sigue y de la quíntuple cita en el Buesa Arena Kirolbet Baskonia afrontará el domingo tal vez la más sencilla, la que enfrenta a los gasteiztarras al Montakit Fuenlabrada a las 20.00. Huelga decir que todo lo que no sea una victoria clara sobre los entrenados por «Jota» Cuspinera redoblará los recelos de los aficionados, con la perspectiva de las visitas del CSKA de Moscú, el Zenit de San petersburgo y el Valencia Basket la semana que viene.

«Puede ocurrir, a un nivel tan alto, que el rival tenga un gran día y nosotros uno muy malo, y puede ser que te den una paliza. Pero nosotros hemos puesto de nuestra parte para que así sea. No podemos bajar la cabeza y pensar que ya estamos muertos. El nivel de juego de hoy no vale para ningún partido», zanjaba Velimir Perasovic en su cariacontecida alocución tras la debacle contra el Maccabi. Es evidente que Kirolbet Baskonia no siempre va a jugar tan mal, con tanta fragilidad; ni que su rival, por bueno que sea, vaya a firmar todos los días un 17 de 29 en triples; ni va a firmar mejores números en cuestiones como rebotes, asistencias, recuperaciones y pérdidas. No siempre ocurrirá una debacle así, porque ante todo está en manos del Baskonia que se repita o no.

Estas cosas pasan en una temporada tan larga y tan cargada de partidos, y más en una plantilla como la del Baskonia que tanto ha trastocado la grave lesión de Granger. Veremos si Perasovic salva noviembre, aunque ya hay quien asume que su cabeza pueda rodar. La suerte de su cabeza será la del Baskonia.

Pedulakis, destituido de Panathinaikos

Se ve que en todas partes cuecen habas y el técnico del Panathinaikos Argyris Pedulakis, ha sido el primer entrenador de la Euroliga en ser destituido.

Pedulakis, que ya se había hecho cargo del Panathinaikos entre 2012 y 2014, y después en 2016, regresó a la disciplina del conjunto ateniense al inicio de esta temporada como sustituto del estadounidense Rick Pitino. El detonante de su despido en esta tercera etapa en el Panathinaikos fue la sorprendente derrota en Copa ante un rival como el Promitheas de Patras, al que vapuleó en tres partidos en la última final de la Liga griega.

Pero la gota que colmó el vaso fue la derrota del jueves por 105-106 después de dos prórrogas contra un Alba de Berlín repleto de bajas. Los helenos, después de remontar un 49-58 al descanso, dejaron pasar no menos de tres opciones de ganar el partido, y un «dos más uno» de Luke Sikma sentenció la suerte del choque y del entrenador Pedulakis. GARA