Protagonista casi a su pesar, el traspaso de Darío Brizuela de Estudiantes a Unicaja ha sido una de las grandes noticias de la semana en la Liga ACB. El escolta donostiarra posaba ayer por primera vez como jugador de Unicaja de Málaga, y como manda el protocolo, el jugador guipuzcoano se mostró «feliz» por estar en su nuevo destino.

«A día de hoy estoy muy feliz de estar aquí y no se le puede pedir más a la vida», confesaba Brizuela en su primera rueda de prensa como jugador de Unicaja.

Brizuela, de 25 años y 1,88 metros, manifestó que cuando le hablaron de la posibilidad de ir a Unicaja, lo aceptó «sin pensarlo», porque «esto no pasa a menudo». Además, confesó sentirse «muy ilusionado, agradecido y con ganas de trabajar».

«Para cuando hablé con Alberto (Díaz) y Jaime (Fernández) todo estaba prácticamente hecho. Me han dicho que me ayudarán a integrarme», afirmó Brizuela, quien sobre su posición dentro del equipo indicó que no cree que tenga «que venir con ningún rol. porque esta plantilla es súper fuerte» y llega para «ayudar» desde mañana mismo frente al Herbalife Gran Canaria.

El escolta donostiarra, que ha firmado por lo que resta de temporada y tres campañas más, cumplía su octava temporada en las filas del Estudiantes, en el que este año había disputado diez partidos en la Liga ACB, con 14,1 puntos de media en 29 minutos sobre la cancha.

Darío Brizuela es, además, uno de los cupos más cotizados de la actualidad, al punto de haber destacado incluso en las «Ventanas FIBA».