Ingo NIEBEL
PERSPECTIVAS ECONÓMICAS PARA 2020

La industria alemana prevé despidos y reducción de jornadas

En este año recién comenzado, empleadas y empleados de los tres sectores clave de la industria alemana –automóvil, fabricación de maquinaria y química– se enfrentan a las previsiones que auguran la pérdida de miles de puestos de trabajo y reducciones de jornada. A ello se añaden las secuelas de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las del Brexit y la coyuntura económica global.

Tres relevantes institutos europeos de investigación económica –IFO, KOF e Istat– esperan que la economía de la eurozona crezca un 0,3% en los dos primeros trimestres de 2020 si el consumo privado mantiene su empuje. En el mismo periodo, los precios aumentarán un 1,3% y un 1,2%. El pronóstico se basa en que el precio del barril de petróleo ronde los 65 dólares y que el euro se cambie a 1,12 dólares. (A causa de la crisis entre Washington y Teherán, el precio de crudo ha llegado a superar los 70 dólares por barril).

Otros riesgos que mencionaban esos tres institutos en su comunicado del miércoles son la guerra comercial entre EEUU y China, el Brexit y las huelgas en el Estado francés contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Emmanuel Macron.

Pendientes de estos indicadores internacionales, las tres industrias clave de Alemania –la automovilística, la química y la fabricación de máquinas– entran, según comentan las patronales de cada sector, en un año que vendrá marcado por la caída de la demanda en 2019, el cambio tecnológico, y los despidos y las reducciones de jornada derivados de ello.

La industria automovilística –con conocidas marcas como Volkswagen, Audi, Mercedes o BMW– ocupa un puesto primordial en el tejido industrial alemán dando trabajo a 800.000 personas. Hasta terminar la nueva década, unos 70.000 puestos, especialmente en la producción de motores de combustión (diésel y gasolina) y de cajas de cambio, podrían desaparecer como consecuencia de la implantación del coche eléctrico, cuya tecnología no requiere dichas piezas.

Aunque la venta de vehículos de primera mano subió en Alemania en 2019 un 5%, hasta 3,6 millones de unidades, no ha podido equilibrar la pérdida en la exportación, que ha caído un 13%, o sea 3,5 millones de coches. También la producción total de vehículos ha bajado un 9%, a 4,7 millones de vehículos.

Ante este panorama, los grandes fabricantes toman medidas: Daimler quiere ahorrar miles de millones de euros; BMW anuncia reducción de costes de producción; y habrá despidos masivos en Audi, que en 2019 entregó 1,8 millones de coches (un plus del 1,8%), pero prevé ahorrar unos 15.000 millones de euros en los próximos años. Estas medidas afectarán también a los proveedores como Continental.

A Volkswagen le va mejor, a pesar de los 1.000 millones de euros que tuvo que reservar para hacer frente a posibles costes del escándalo de los motores diésel. Las doce marcas del grupo pudieron exportar más que la competencia y, con un 18,5%, sigue liderando el mercado alemán. Sin embargo, quiere eliminar 30.000 puestos, 23.000 de ellos en Alemania.

La fabricación de máquinas es casi la hermana siamesa de la industria automovilística, que paralelamente a la caída de producción de coches ha registrado una bajada de pedidos de un 11%. Para 2020, la federación del sector, VDMA, calcula otra bajada del 2% y su presidente, Carl Martin Welcher, avisa: «Tenemos que contar con que hemos visto la cima del empleo». En esta rama industrial trabajan un millón de personas.

La patronal quiere hacer frente al desafío reduciendo la jornada para no perder del todo el personal cualificado.

De paso, pide que el Estado prolongue esta medida a una duración de 24 meses y que la Central Federal de Trabajo pague las cuotas de la Seguridad Social para aquellos empleados que las empresas incluyen en cursos de capacitación.

La tercera industria clave es la química, que da trabajo también a un millón de personas si se incluyen las ramas de plástico y caucho. El 29% de las empresas del sector quiere reducir sus plantillas en 2020. Actualmente, 100.000 obreras y obreros se hallan ya en el régimen de la jornada reducida, el mayor número desde 2010. El 15% de las empresas encuestadas quiere aplicar esta medida en el nuevo año, lo que justifican con la poca demanda exterior e interior, y la falta de inversiones.

La aseguradora de créditos Euler Hermes calcula que en 2020 las quiebras de empresas subirán un 3%, pasando de las 19.370 de 2019 a unas 20.000.

En este clima, fomentado también con los correspondientes artículos de prensa, el veterano industrial Hans Peter Stihl, de 87 años, propietario de la conocida empresa de maquinaria del mismo nombre, aprovecha para acusar a los sindicatos de poner en riesgo la competitividad de la industria alemana.

«Los sindicatos alemanes se esfuerzan mucho para que un máximo de empresas se escape al extranjero, pidiendo insensatas negociaciones colectivas», afirma. La compañía Stihl cuenta con 17.000 empleados en todo el mundo y un volumen de ventas de 3.800 millones de euros (datos de 2018). Solo la cuarta parte de sus productos se fabrica en Alemania.