Victor ESQUIROL
VERSIÓN ORIGINAL (Y DIGITAL)

S. Craig Zahler, se busca

Seguramente no lo sabrás, pero estamos a solo dos días de celebrar el 47º aniversario de una de las más impresionantes revelaciones que el cine nos dio durante la última década. Estoy hablando de Steven Craig Zahler, un realizador con alma de gran dramaturgo. Un escritor de novelas que además es guionista, y ya puestos, compositor de música, y director de fotografía. Un hombre del Renacimiento, casi se podría decir... que vino a hablarnos, no obstante, de los rincones más oscuros por los que transita el ser humano.

Su filmografía se reduce, de momento, a tres títulos tan fundamentales como atemporales a la hora de ser ubicados en las tendencias que actualmente baraja el séptimo arte. Se trata pues de una bendita excepción, que parece que solo tenga que rendir cuentas a su propio sistema de valores, ya sean estos estéticos o, por supuesto, morales. Ahí va una especie de llanero solitario que, como tal, da la sensación de estar peleado con un mundo que no quiere o, directamente, no puede entenderle.

Para prueba, un dato sangrante: de los tres largos que ahora mismo constan en su hoja de servicios, solo uno de ellos (el primero, el aterrador western “Bone Tomahawk”) llegó a estrenarse comercialmente en nuestras salas de cine. Los dos siguientes trabajos (ahí donde ha acabado de estallar el –sucio– genio de Craig Zahler), siguen inéditos en dicho círculo de exhibición. Más allá de algún festival atento al cine de género, ha sido imposible descubrir la grandeza despiadada tanto de “Brawl in Cell Block 99” como de “Dragged Across Concrete”. Por suerte, ahora las plataformas de Video On Demand (Rakuten TV y Movistar +, para ser más exactos) se descubren una vez más como las mejores subsanadoras de los defectos del sistema.

El último título citado (tercero en la de momento breve pero intensísima carrera de este cineasta nacido en Miami) es, si alguien me pregunta, la que directamente considero como la mejor película del año 2018. Se trata de un thriller en el que lo detectivesco se mezcla con lo criminal. Un neonoir en el que se cogen las premisas de lo que bien podría ser un largometraje de “Breaking Bad” (aquí tenemos a Mel Gibson y a Vince Vaughn, dos veteranos policías que deciden pasarse al lado contrario para dar un gran golpe), pero desarrollado con un ritmo y un gusto por el diálogo que solo puede definirse como la mezcla perfecta entre Quentin Tarantino y Robert Bresson.

Y aun así, el cine de S. Craig Zahler se las ingenia siempre para antojarse como una experiencia jamás antes vista. Esta sensación nos acompaña durante las más de dos horas y media de metraje de “Dragged Across Concrete”, una película que a pesar de estar construida a base de momentos de espera (es decir, esos lapsos normalmente desechados en la sala de montaje), nunca deja de comportarse como un animal rabioso acorralado. Uno debe acercarse a dicha propuesta con la fascinación y cautela que deben despertar las situaciones de inminente catástrofe. Delicioso fatalismo con proporciones de tragedia clásica, pero aderezado en las tensiones de la ubre moderna. Es genial; es una obra maestra.