Alfonso FERNÁNDEZ (EFE)

La otra cara del juicio político a Trump

Si prohibir alimenta el deseo, como apunta el dicho, la expectación generada por el «impeachment» a Donald Trump es un ejemplo paradigmático. «Dormir, tomar fotografías y llevar sombrero (excepto para propósitos religiosos) está prohibido», reza una de las reglas de «decoro» para asistir al proceso de destitución. La escena dentro de la Cámara Alta podría datar del arranque de la República estadounidense, más de dos siglos atrás, por la ausencia de cualquier artilugio digital. Solo las taquígrafas, que se turnaban con rigor militar, mostraban aparatos electrónicos en el pleno. El centenar de senadores escuchaban las intervenciones de fiscales y defensa revisando sus abultadas carpetas con montañas de páginas y garabateando en sus cuadernos. En una era como la actual, en que las redes sociales son parte consustancial de la labor política, la norma es tajante: nada de teléfonos móviles. También se hace saber, con el consiguiente revuelo, que solo dos bebidas están permitidas: el agua y la leche. Se trata, en fin, de la otra cara del «impeachment».