K. ELEJALDE VILLALAÍN
CRÍTICA DE ARTE

Yolanda Mosquera, la fuerza de la delicadeza

Un universo creativo lleno de matices que marcan la diferencia ha salido a la luz de la mano de Yolanda Mosquera, ilustradora de Amurrio que con su visión genuina recoge en la exposición “Ilustración: oficio y arte” su trayectoria como narradora gráfica.

Vivimos en una cultura visual, y aunque Joan Fontcuberta propone que el caldo primordial o célula primigenia de las imágenes que nos proporcionan los medios dominantes es la fotografía, bien podemos convenir que muchas de las imágenes con las que convivimos tienen su origen en el dibujo. Las paredes, los vestidos, la publicidad, las marcas, la animación cinematográfica, los libros nos lanzan continuamente imágenes que previamente han sido dibujadas. Pero la ilustración va un paso más allá, trasciende el mero dibujo tratando de adecuar el estilo y la técnica con objeto de comunicar conceptos, ideas, sensaciones, escenarios.

Yolanda Mosquera divide la exposición de cerca de 70 ilustraciones en cinco secciones, la ilustración editorial I, en la que muestra publicaciones, artículos de prensa, folletos y librillos, la ilustración publicitaria: cartelería, portadas y campañas. Por otra parte, la ilustración gráfica aplicada al diseño de producto, dónde exhibe patrones gráficos, impresos en telas y en vinilo, así como naipes de una baraja española. Muestra varios proyectos de ilustración editorial y finalmente destina un espacio para sus proyectos personales.

Destacan en la exposición el maravilloso cartel de la Itzulia 2019, con la figura del personaje mitológico Sugaar, el consorte de Mari, que es un dragón serpiente formado por el pelotón de ciclistas sobre un fondo de etéreas montañas verdes que recuerdan a las estampas japonesas.

Las ilustraciones del libro “La pequeña Roque” de Guy de Maupassant, con el que consiguió el premio Euskadi 2018 en la modalidad de ilustración han marcado un hito en su carrera. En este caso, ha ilustrado un texto de adultos, planificando las ilustraciones dentro de la maquetación del texto. La técnica utilizada es el estarcido con polvo de grafito, técnica que genera unos contornos indefinidos, unos planos diferentes a los del dibujo tradicional, que le confieren una personalidad propia al libro.

Una baraja conmemorativa de los 150 años de Fournier en la que han participado junto con tres ilustradoras vascas, Elena Odriozola, Noemí Villamuza y Maite Gurrutxaga utilizando personajes que vienen del mundo infantil. Yolanda Mosquera ha creado el palo de bastos, que solucionó de una forma humorística, se ha querido mofar de la simbología, con imágenes basadas en Pipi Calzaslargas, aunque esa lectura no es evidente a primera vista.

En la exposición se muestran una gran variedad de técnicas, desde las tradicionales con pastel y acrílicos hasta trabajo digital, risografías. “Trabajo mucho la técnica de collage porque me permite crear distorsiones que la mano al dibujar corrige” apunta Yolanda Mosquera, que también nos hace partícipes del proceso de creación de algunos trabajos, con bocetos y pequeños librillos que fabrica para jugar con el espacio y el ritmo de lectura.

Sin duda, las ilustraciones están marcadas por un estilo personal, realizadas con atención y exquisito miramiento, desprenden delicadeza, superponen planos sin perspectiva de representación cónica, juegan sin miedo con las proporciones y ganan obviamente en la distancia corta, porque se aprecian las texturas, incluso puntadas de hilo en el papel.

La ilustración editorial está en auge, en estos tiempos dónde lo digital lo invade todo, no nos dejan de atraer las imágenes con visiones personales. “Ilustración: oficio y arte” es una buena oportunidad de conocer la trayectoria de una gran comunicadora visual.