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CATÁSTROFE EN ZALDIBAR

Un nuevo foco fuerza otra alerta de varias horas en Ermua

Lakua levantó el jueves las medidas preventivas tras extinguirse el incendio. Ayer por la mañana, se vio obligado a activarlas durante unas horas al avivarse un fuego en Zaldibar.

La falta de acierto, al menos en la forma de comunicar, que está manteniendo Lakua en torno a la crisis en Zaldibar provocó ayer una jornada extraña en la zona afectada por el colapso l vertedero, en la que diversos agentes dieron un paso adelante para implicarse en la gestión de la crisis y, a su vez, desautorizaron al Gobierno y sus técnicos. El detonante fue la aparición de un nuevo foco en el vertedero, que pudo ser asfixiado por las excavadoras a las pocas horas, pero que obligó a poner en alerta al barrio de Ermua que recogió los datos más preocupantes por la presencia de furanos y dioxinas en el aire.

Que el fuego se podía reavivar era algo previsible. De hecho, es una idea que se había reiterado en las comunicaciones regulares que hace la mesa técnica. Bajo los escombros de Zaldibar hay bolsas de metano que, cuando encuentran una salida hasta la superficie, provocan el fuego e incendian los plásticos y demás materiales. Las excavadoras tapan esas chimeneas por las que sale el gas, pero el metano sigue ahí abajo y es habitual que busque otro camino por el que salir. Eso, al parecer, es lo que ocurrió ayer. Tras extinguir ese foco, los técnicos informaron de que se quedaría en el vertedero un retén permanente con capacidad de actuar de inmediato si hubiera otro conato.

La necesidad de activar una nueva alerta a menos de 24 horas de dar la crisis por encauzada, acrecentó la idea de descontrol. Sobre todo, habida cuenta de que el incendio se sofocó el martes y no se quitaron las recomendaciones preventivas hasta el jueves. Se hizo así por esperar a los resultados de los análisis del aire del CSIC, pero después el resultado del laboratorio no apuntaba un descenso en los índices de toxinas. Por contra, el pico de la medición (1.200 femtanos frente a los 720 recogidos el día que se activó la alarma) llegó seis días después, el domingo 15. El último día del que se tienen datos es el 16, cuando el nivel seguía superando los 700 femtanos.

La reactivación de las medidas generó molestias e incertidumbre. Niños que no salieron al patio en el recreo, desconcierto vecinal, enfados, etc. De todo ello dieron cuenta diversas radios y televisiones.

Así las cosas, los sindicatos LAB y ELA anunciaron que se van a personar en el vertedero para ver realmente cómo está la situación y a chequear las tareas tras el posderrumbe. Y tienen derecho a hacerlo, en tanto que cuentan con la mayoría dentro del comité de la empresa Moyúa, que es la que está acometiendo estas tareas.

Asimismo, el Ayuntamiento de Durango también se ha puesto manos a la obra y ha decidido poner medidores de aire en el pueblo, ante la negativa del Gobierno y los técnicos de Medio Ambiente de asumir ellos esta tarea y tranquilizar a los vecinos. Según explicó la propia alcaldesa de Durango, Ima Garrastatxu, existe inquietud en la localidad, porque el olor que genera el vertedero (y que en Ermua y Eibar deja un sabor metálico en la boca) se aprecia también en esa localidad de 30.000 habitantes.

Por otro lado, los trabajadores de Correos emitieron ayer una queja y relataron sentir molestias físicas por haber seguido trabajando todos estos días en la zona afectada. Como se recordará, las recomendaciones de Lakua incluían reducir en lo posible la exposición a las dioxinas en la calle y este colectivo de trabajadores realiza su labor al aire libre. De este modo, se ha producido un agravio comparativo importate. El encuentro Eibar-Real Sociedad fue suspendido por la Liga en vistas a preservar la salud de los futbolistas y eso que solo eran 90 minutos. Correos, sin embargo, no ha tomado ninguna medida hacia sus trabajadoras. Lakua, al hacer sus advertencias, dejó claro que ellos se lavaban las manos. La consejería de Salud ofreció sus recomendaciones y añadió que era voluntario seguirlas o no.

Gardelegi y picaresca

En otro de los grandes frentes abiertos tras el colapso –el de qué hacer con los residuos– Lakua sufrió otro revés importante. El vertedero alavés de Gardelegi, uno de los que sonaban como claves para la reubicación de los residuos y que el Ayuntamiento llegó a ofrecer voluntariamente, ahora exigen nuevas «garantías de seguridad».

Y, mientras, en todo este río revuelto recalaron otros oportunistas. En algunos de los barrios afectados se personaron unos presuntos timadores ofreciendo filtros para el agua que no tenían utilidad alguna. Hubo que emitir una advertencia oficial.

Asimismo, la asociación de empresas incineradoras emitió un comunicado para vender las ventajas de la «valorización de residuos». Como si el problema sanitario actual no derivara, precisamente, de que la basura se está quemando en Zaldibar.

 

Lakua lleva a Fiscalía que Verter había detectado grietas

Verter Recycling detectó unas grietas en el vertedero de Zaldibar y no informó a las autoridades. El consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, aseguró de que los días 4, 5 y el 6 de febrero, día del derrumbe, trabajaron en las citadas grietas. Verter habría detectado «anomalías» pero, pese a ello, siguió con su actividad. Por este motivo, Lakua abrió un segundo expediente sancionador independiente del otro abierto días atrás por presuntas infracciones detectadas en la inspección del pasado verano. Este segundo se refiere, concretamente, a la presunta comisión de «una infracción muy grave» de la Ley de Prevención y Control. Dicha infracción tiene que ver con la documentación que remitió la empresa tras el corrimiento en el vertedero. Lakua aprecia actuaciones que «pudieran tener impacto en la producción o impedimento de la detección temprana del incidente del deslizamiento del vertedero». Arriola informó de su decisión de «poner en conocimiento del Ministerio Fiscal» todo lo actuado por considerar que algunos de los hechos «pudieran ser constitutivos de delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente». Ya hay una causa abierta en Durango. Además de informar al fiscal, Lakua podría ejercer la acusación, una opción que Josu Erkoreka dejó abierta. Parece que, por de pronto, prefieren confiar la investigación a Fiscalía. GARA

 

Bildu exige responsabilidades por la falta de control público

La portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte, emplazó a Iñigo Urkullu, a «depurar inmediatamente responsabilidades» después de que él mismo admitiera que los mecanismos de control no fueron «suficientes». Iriarte y su compañero Mikel Otero, exigieron que «se ponga luz y se esclarezca toda la verdad» sobre lo sucedido. Las primeras palabras de Iriarte fueron para expresar su «solidaridad» con las familias de los dos trabajadores que continúan sepultados en el desprendimiento y para agradecer la labor de los servicios de emergencia.

Iriarte cuestionó las explicaciones ofrecidas el pasado martes por el lehendakari, quien compareció en la Diputación Permanente del Parlamento de Gasteiz, junto con cuatro consejeros. La representante de EH Bildu afirmó que las explicaciones ofrecidas llegaron tarde y fueron «obligadas».

«Fuimos en busca de toda esa verdad y no la encontramos», proclamó Iriarte, convencida de que «existe una ruptura de la confianza entre la administración y la ciudadanía»..

Mikel Otero, por su parte, insistió en que para el «esclarecimiento de toda la verdad» se hace preciso la creación de una mesa de partidos que adopte decisiones encaminadas a «resolver esta crisis» y para que caiga de una vez ese aura de oscurantismo. GARA