GARA
IRUÑEA
Entrevista
MALEN GARMENDIA
INTEGRANTE DE LA ONG ZAPOREAK

«Los fascistas se sienten los dueños del mundo en Lesbos»

Desde 2016, la ONG Zaporeak reparte alimentos entre los refugiados llegados a Grecia. Durante estos años ha trabajado en Chios y Atenas, pero ahora cocina y reparte raciones en Lesbos, donde el domingo sufrió un ataque por parte de fascistas que se oponen a la llegada de refugiados.

Los fascistas se han enfrentado en los últimos días a refugiados, periodistas y organizaciones no gubernamentales en Lesbos –información ampliada sobre la crisis de los refugiados en Grecia en la página 18–. Malen Garmendia, conductora de uno de los vehículos de Zaporeak que fue atacado el domingo, relató ayer a NAIZ IRRATIA cómo vivió el incidente del domingo, un paso más en el clima de terror creado por los fascistas y que parece no tener fin.

¿Qué ocurrió el domingo por la tarde en Lesbos?

Seguíamos la rutina de siempre, repartir alimentos. Es cierto que durante el reparto hubo un altercado entre los propios refugiados, al fin y al cabo fruto de la tensión que se vive en el centro de Moria. Cuando todo se calmó y terminamos el reparto, decidimos volver a nuestro alojamiento en Mitilini. Íbamos en una furgoneta que conducía yo y venían dos coches más detrás. Cuando estábamos entrando a la ciudad, vimos que había mucha gente delante y coches. En un momento dado, dos muchachos se acercaron al coche. Uno me dijo que me diera la vuelta y otro que me quedase. Vi que la situación era tensa y que tenía que salir de allí. En la furgoneta íbamos el coordinador general, un refugiado y yo, y cuando empecé a dar la vuelta, uno de ellos gritó y todos corrieron hacia nosotros, con palos grandes y diferentes herramientas. Golpearon el coche hasta que conseguimos salir de allí. La furgoneta está destrozada y las ruedas de atrás pinchadas. Otro de nuestros coches lleva matrícula griega y le dejaron pasar. El otro, en el que iban los fundadores de Zaporeak, era alquilado y sacaron al piloto y copiloto para golpearles.

¿Habían vivido algo así antes? ¿Cuál es la situación ahora?

Hace una semana comenzó un gran movimiento en la isla. El Gobierno central dio la orden de empezar a construir CIEs. La gente de diferentes ideologías, fascistas, antifascistas y anarquistas, están luchando contra ello. Los fascistas porque creen que, si los construyen, los refugiados se van a quedar. Han conseguido expulsar de la isla a un grupo de policías y se sienten más poderosos que nunca.

¿Ha habido más ataques?

Los fascistas quitaron el motor a una barca de refugiados. Estuvieron cinco horas en el agua, con 15 niños a bordo, cuando de normal no están más que una hora o dos. Por otra parte, han creado piquetes para evitar que tomen tierra. Sabemos que Erdogan ha abierto las fronteras, y los fascistas están con mucha energía, se creen los jefes del mundo aquí.

¿Están organizados en toda Grecia?

Hemos visto cómo se están organizando entre ellos y eso es lo que da miedo. Tanto la UE como los gobiernos están dando la espalda a esta realidad, no solo a las ONG, sino a todos los refugiados. Las barcas que llegan están siendo devueltas ilegalmente porque no se respeta el derecho a solicitar asilo.

¿Cómo ha vivido todo lo ocurrido?

Vienes con un objetivo y sabes que existen estas situaciones, pero no te imaginas que te pueda tocar a ti. Lo nuestro ha sido puntual, pero aquí los refugiados sufren una opresión diaria. Hay más de 20.000 personas en la isla en una situación muy grave, sin comer, con problemas de higiene y es necesario contarlo.

¿Qué pasos van a dar ahora?

Estamos valorando la situación. En principio, nuestra intención es permanecer en la isla, pero vamos a ver cómo avanzan las cosas y luego decidiremos.