Patxi IRURZUN
IRUÑEA
Entrevista
GALDER REGUERA
ESCRITOR

«Buscando la historia de mi padre he descubierto la de mamá»

«Mi padre murió el día que mi madre le dijo que estaba embarazada de mí». Así arranca «Libro de familia», el último trabajo del escritor bilbaino Galder Reguera, en el que reconstruye la historia de su padre biológico, y al hacerlo, la suya propia y, sobre todo, la de la auténtica protagonista del libro: su madre. Una historia valiente sobre la identidad, los secretos y abismos familiares.

“Libro de familia”, publicado por Seix Barral, es la quinta obra de Reguera, después de, entre otras, el ensayo autobiográfico “Hijos del fútbol”, o la novela juvenil “La vida en fuera de juego” (Reguera es responsable de actividades de la Fundación Athletic Club), pero es también la primera de todas ellas, pues se gestó al mismo tiempo que el propio autor. Narrada de un modo al tiempo audaz y contenido (Reguera reflexiona a lo largo del libro sobre las heridas que puede abrir al contar la historia y sobre cuáles puede ayudar a sanar, sobre las dudas y temores que suscita una escritura de este tipo), “Libro de familia”, que califica como novela de no ficción, aborda también otros temas dolorosos, como la violencia machista.

¿Escribir «Libro de familia» era algo que llevaba siempre consigo como una tarea o una cuenta pendiente o hubo algo concreto que le empujó a hacerlo?

La historia siempre ha estado ahí. En cierto sentido, yo mismo soy relato, porque desde niño, cuando me hablaban de mi nacimiento, me contaban la historia familiar. Sin embargo, a mí me hacía daño escucharla, porque era como entender que mi familia real, la formada por mi padrastro, mi madre y mis hermanos, nació de un hecho luctuoso. Digamos que le daba un poco la espalda a esa historia. Sin embargo, hace dos años se puso en contacto conmigo un primo mío, que no conocía, y quedamos, hablamos, me contó cosas de mi padre, y me di cuenta de que llevaba toda la vida siendo muy injusto con él, que quizá fuera siendo hora de saber cómo era y si yo tengo algo de él.

Usted no conoció físicamente a su padre biológico, y eso le confiere una particularidad a la historia, pero también es cierto que la mayoría de nosotros en realidad desconocemos quiénes son o han sido nuestros padres.

Desconocemos sus historias, los sueños y miedos sobre los que cimentaron nuestras familias. A mí “Libro de familia” me ha servido para poder pasar muchas tardes hablando con mi madre, y también con mi padrastro, y preguntarles ese tipo de cosas que nunca surgen en una reunión familiar. Después, al escribir su historia como si fueran personajes de novela, me he metido en ella, he hecho míos sus miedos, las dificultades a las que se enfrentaron para construir la familia en la que yo crecí feliz y ajeno a todas esas circunstancias. Eso me ha servido para estar más agradecido por todo lo que hicieron por nosotros, por mí y mis hermanos.

En ese sentido, es evidente que el libro también reconstruye la historia de su madre y que es ella la principal protagonista.

Totalmente. Mi madre ha sido el eje sobre el que ha girado mi familia siempre. Es ella quien ha tirado adelante en los momentos duros. Pronto me di cuenta de que para hablar de mi padre biológico debía hablar de mi padre no biológico y que en esa ecuación entraba mi madre. Suelo decir que buscando la historia de mi padre he descubierto la de mamá.

¿Fue duro tener que abrir heridas, al hablar con ella? Por ejemplo, un momento importante en el libro es una experiencia traumática, como su segundo matrimonio, antes de conocer a su padrastro.

Sí, ha sido muy difícil por momentos. Sobre todo, escuchar de los labios de alguien a quien quieres tanto cómo sufrió en un momento de su vida. Pero también estar cara a cara con los hermanos de mi padre, que tuvieron a mi hermano mayor en brazos y desaparecieron de nuestra vida a la primera oportunidad.

A lo largo del libro usted también reflexiona un poco sobre todo eso, sobre las dificultades, conflictos morales que le surgen escribiendo, hay incluso pasajes en los que está a punto de tirar la toalla…

Tenía muy claro que no quería hacerle daño a nadie escribiendo este libro, y menos aún a mi madre. Hubo un momento en el que pensé en dejarlo, porque mi hermana me dijo que había estado con nuestra madre y la vio muy afectada, llorando por recordar todo aquello. Pero después ella misma me dijo que hablar de ese momento de su vida le ayudaba a depurarse. Suele pasar con quienes han sido víctimas de una violencia como la machista que hay que ayudarles a superar el estigma de la víctima, ese razonamiento por el cual parece que debe haber silencio sobre los malos tratos recibidos.

En lo referido a la familia (no toda) de su padre hay algunos ajustes de cuentas, reproches, que usted asume además sin remordimientos, en ese sentido el libro es valiente, ¿lo siente usted así?

Bueno, he intentado que el libro no contenga reproches, sino entender por qué las personas se comportan de una determinada manera en momentos como los que vivió mi familia. Entiendo perfectamente, por ejemplo, que las familias de mi madre y de mi padre no biológico se opusieran en su momento a su relación, aunque el tiempo haya dado la razón a mis padres. Pero hay momentos en los que uno no es capaz de entender. Si fueran personajes de una novela, tendría que inventarme sus motivaciones, porque no he sido capaz de descubrirlas aún.

El tono del libro en general resulta bastante contenido, habría sido fácil caer en cierta melancolía o el lamento, ¿cómo trabajó eso?

Conteniendo las emociones en determinados momentos. Y puliendo mucho y dejándome asesorar por las personas que leyeron el texto. Me ayudó mucho Ander Izagirre, por ejemplo, que es un magnífico periodista, haciéndome entender que el relato está dirigido a un lector neutral, no a mis familias. También Elena Ramírez y Teresa Baillach, mis editoras en Seix Barral. Elena me decía una cosa muy bonita: que intentara «no hacerme el bicho bola».

Por último, lo socorrido sería aquí hablar de autoficción, que parece el gran cajón de sastre de la literatura del yo actual, pero su libro es en realidad autobiografía pura y dura…

La literatura basada en hechos reales tiene muy mala prensa hoy día. Parece que los puristas de la ficción están desatados. Yo creo que “Libro de familia” es una novela de no ficción. Es literatura, en el sentido en el que los recursos utilizados para contar la historia son literarios.

«Libro de familia» está teniendo una gran acogida ¿Seguirá en esa línea?

Si te soy sincero, no sé por dónde seguiré. No tengo ahora mismo un proyecto nuevo en el que estar trabajando de seguido. Tengo apuntes para varias cosas, pero no me he puesto con ninguna de ellas en serio. Lo que sí tengo claro es que la ficción y la literatura basada en hechos están al mismo nivel, que es la calidad del texto la que determina si es bueno o no, no los hechos narrados.