La antorcha llegó ayer por la mañana al país asiático tras la celebración de una modesta ceremonia de despedida y traspaso a puerta cerrada en el Estadio Panatinaico de Atenas, en un marco presidido por el miedo a la propagación del coronavirus, que mantiene la incertidumbre sobre la celebración según lo previsto de estos Juegos.

A su llegada tuvo lugar otra pequeña ceremonia de bienvenida sin público, como medida frente al avance del patógeno, que ha fue protagonizada por el campeón de judo Tadahiro Nomura y la luchadora Saori Yoshida, ganadora de tres oros olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012).

La llama de Tokio 2020 fue encendida en una ceremonia a puerta cerrada el 12 de marzo en la ciudad griega de Olimpia y, un día después, el Comité Olímpico heleno decidió suspender el tramo del relevo en el país para evitar aglomeraciones y contagios del coronavirus.

Que no se acerquen

Tras su llegada a Japón, la llama olímpica será expuesta al público durante una semana en varias de las localidades del nordeste del país más castigadas por el terremoto y el tsunami de 2011, antes de comenzar un relevo de 121 días durante el que los organizadores han pedido a los ciudadanos que se abstengan de aglomerarse para verla.