Mikel INSAUSTI
PELÍCULAS PARA UNA CUARENTENA

El viejo Clint sigue fiel a su personaje

Afinales de este mes Clint Eastwood cumplirá los 90 años de edad, dispuesto a seguir en activo y sin que nada o nadie le retiren del cine. Cuando se estrenó “Gran Torino” (2008) fue recibida como una película de despedida, porque ya iba camino de convertirse en octogenario, y porque parecía que se trataba de su última aparición delante de la cámara. Afortunadamente no ha sido así, ya que a pesar de que su etapa reciente haya podido resultar algo irregular, lo cierto es que en el nuevo milenio además del título que nos ocupa ha firmado otros tan o más inspirados como “Mystic River” (2003), “Million Dollar Baby” (2004), “Cartas desde Iwo Jima” (2006), “El intercambio” (2008), “Invictus” (2009), “Sully” (2016), “Mula” (2018) o “Richard Jewell”.

Pero por alguna razón, “Gran Torino” (2008) es el más especial de todos o el que mejor conecta con su público. Hace falta talento para saber llevar a la vejez con dignidad y orgullo un personaje de acción asociado a su juventud y a sus trabajos interpretativos para el director Don Siegel, sin que pierda un ápice de su verdadera esencia. El simple gesto del viejo Clint disparando con el dedo, en lugar de con aquel pistolón que era el Magnum, se vuelve un icono puro y destinado a perdurar.

Por otra parte, el Eastwood actor redime a su eterno personaje de los pecados de juventud, al superar actitudes racistas o autoritarias ancladas en el pasado. Convertido en un veterano de la Guerra de Corea, que solo muestra cariño con su modelo Ford del 72, en cuanto traba amistad con un joven vecino asiático supera los prejuicios iniciales haciendo las veces de protector del barrio frente a las bandas de delincuentes invasoras.