Izkander FERNÁNDEZ
NAIZ KONTZERTUAK

NøGEN SE ABRE AL MUNDO DESDE UN ESCENARIO CÁLIDO E ÍNTIMO

EL SEGUNDO CONCIERTO DE LA INICIATIVA NAIZ KONTZERTUAK TUVO COMO PROTAGONISTA AL JOVEN QUINTETO DONOSTIARRA NøGEN. CLAROS AGITADORES DE NUESTRA ESCENA EN LAS ÚLTIMAS TEMPORADAS, SU MEZCLA DE FOLK, POP E INDIE SIRVIÓ COMO VEHÍCULO PARA CULMINAR UNA VELADA CON REGUSTO FESTIVO.

La segunda jornada de NAIZ Kontzertuak comenzó exactamente como la anterior: primer plano brillante y nítido que rebota en las pantallas de nuestros hogares y nueva sorpresa. Si la semana pasada el equipo de NAIZ Kontzertuak optó por poner a Gatibu a ras de suelo y colocar a parte del público encima del escenario detrás de la banda, la disposición de la noche del viernes también destacó por original y efectiva.

Los donostiarras Nøgen estaban colocados en el centro, en círculo, actuando para todo el mundo pero también para ellos mismos. Autoalimentándose de su propia energía. Arropándose como si jamás hubiesen salido del local de ensayo. Alrededor de la banda, público. Con mascarillas negras. Algo tenía que recordarnos que estamos más cerca de una pesadilla que de un sueño, sentado y respetando las distancias de seguridad, pero público, al fin y al cabo.

Es de suponer que contar con una audiencia potencial de 3.200 hogares eleva las responsabilidades a niveles insostenibles. Bien, a Nøgen le costó liberarse de nervios, vergüenzas y, quizá también, de un inicio demasiado arrollador que no empastó con el tempo habitual de la banda. Nøgen decidió salir a matar, estrenando un nuevo single de querencia guitarrera y vital. “Mila aldiz” rompe con la presencia del ukelele, su sutileza y las piezas a múltiples voces para apoyarse en una imaginativa guitarra y en una energía más directa.

A partir de ahí, volver al repertorio de siempre con “D&D”, “Itzuli neri” y “Marean” supuso un pequeño bache acrecentado por los problemas vocales de Eider Saez, quien no pareció estar cómoda en ningún momento. Markel Idigoras, quizá consciente de que había que levantar el ánimo, invitó al público de Sanagustin Kulturgunea a participar en “Hil arte bizi”.

Punto de inflexión

Conseguida la reacción del público, el punto de inflexión llegó en varios actos. El primero con Eider aporreando los platos durante “Keari”. El segundo momento fue el discurso de la cantante durante la presentación de “Ez da ondo aterako”, donde haciendo un juego de palabras destacó que “sin cultura, nada va a salir bien.

El tercer y último instante previo a la liberación vino de la mano de “Loreak” con la formación donostiarra agrupada en medio del escenario, cantando a capela y con tan solo una guitarra de acompañamiento. A partir de ahí, lo que en el mundo anglosajón se conoce como las “big guns” de la banda favorecieron un desenlace festivo y alegre idóneo para cualquier fin de fiesta.