Al menos veinte militares indios, entre ellos un oficial, murieron el lunes por la noche en un enfrentamiento con soldados chinos en la frontera común en medio de la escalada de tensión entre los dos gigantes y potencias nucleares asiáticas, según informó el Ejército indio.

Los hechos se produjeron en la región del valle de Galwan y durante el enfrentamiento no hubo disparos, sino que los soldados se pelearon con barras y piedras, como ocurrió a principios de mayo, cuando altercados similares se saldaron con soldados de ambos bandos heridos.

Este es el primer incidente violento entre India y China con víctimas mortales desde 1975, cuando fallecieron cuatro militares indios en un ataque contra su patrulla en Arunachal Pradesh. Los dos países se enfrentaron en una breve guerra por la demarcación fronteriza en 1962.

Los enfrentamientos en zonas montañosas entre los ejércitos indio y chino se han vuelto más frecuentes en los últimos años. En 2017, hubo 72 días de enfrentamientos después de que fuerzas chinas avanzaran en la meseta disputada de Doklam, en la frontera entre China, India y Bután. Desde principios de mayo, las tropas de las dos potencias nucleares están inmersas en varios enfrentamientos a lo largo de la frontera común, principalmente en Ladaj, y han reforzado con miles de soldados su presencia a ambos lados.

Una crisis que las dos partes dicen querer «resolver pacíficamente» por la vía diplomática.

Tras las negociaciones entre generales de los dos ejércitos hace unos diez días, empezó un proceso de desmilitarización.

«Durante el proceso de desescalada en curso en el valle de Galwan, el lunes por la noche se produjo un violento enfrentamiento con víctimas mortales de ambos lados», indicó el Ejército indio, que elevó las víctimas mortales en sus filas a veinte, entre ellas 17 soldados que habían quedado gravemente heridos expuestos a temperaturas extremas en un terreno de gran altitud. Aseguró que en el bando chino se habrían producido hasta 34 muertos o heridos

«Actividades ilegales»

El portavoz chino de Exteriores, Zhao Lijian, acusó a las tropas indias de cruzar la frontera para «actividades ilegales» y de haber «provocado y atacado a personal chino, lo cual provocó un grave enfrentamiento».

Zhao denunció que pese a la estrecha comunicación diplomática y por canales militares entre ambos países, los soldados indios cruzaron en dos ocasiones la frontera, desencadenando «un violento enfrentamiento físico» con efectivos chinos, si bien no ofreció ningún balance de heridos o fallecidos del lado chino. Pekín trasladó una «firme protesta» a Nueva Delhi, reclamando que sus tropas respeten el consenso alcanzado y que no crucen la línea ni hagan ningún movimiento unilateral que pueda complicar la situación.

Zhao recordó que ambos países han acordado resolver las cuestiones bilaterales mediante el diálogo. «Pedimos de nuevo a India que controle a sus tropas en la frontera. No crucen la frontera, no causen problema», manifestó el portavoz. En el epicentro de la crisis está la región de Ladaj, escenario a principios de año de escaramuzas que, sin involucrar armas de fuego, han comprendido peleas a puñetazos y lanzamientos de piedras entre los contingentes desplegados en el lago Pangong y el valle de Galwan.

India y China se acusan mutuamente de invadir el territorio del otro desde mayo. India, en particular, acusa a las fuerzas de China de levantar un campamento militar dentro de sus fronteras y de ignorar las advertencias para abandonar la zona.

Según los expertos, China actuó así en represalia por la construcción de una carretera india alrededor del lago Pangong y la instalación de una vía de acceso que conecta el valle de Galwan con una pista de aterrizaje.