Maite UBIRIA BEAUMONT
ZIBURU

Eneko Aldana y Mikel Hiribarren, investidos alcaldes de Ziburu e Itsasu

Eneko Aldana es el primer abertzale en ocupar la Alcaldía de Ziburu. También los vecinos de Itsasu estrenaron ayer alcalde abertzale. En Baiona, el centrista Etchegaray dio inició a su segundo mandato.

El cabeza de lista de Ziburu Bizi, Eneko Aldana, fue nombrado alcalde en el primer pleno celebrado tras la segunda vuelta de las elecciones municipales que tuvo lugar el 28 de junio.

Una hora antes, en Itsasu, otro abertzale, Mikel Hiribarren, se estrenaba en el cargo. La víspera fueron investidos otros dos alcaldes abertzales, Filipe Aramendi, en Urruña, y Bruno Carrere, que repite en Uztaritze.

Primer alcalde abertzale de Ziburu y primer edil más joven de la costa labortana (31 años), Aldana fue también el alcalde elegido con una mayoría más holgada, al recabar un 57% de los votos en la segunda vuelta, eso pese a tener en frente a tres candidatos del espectro centro-conservador.

«La campaña ha terminado y es hora de pasar a la acción» proclamó Aldana, que saludó en euskara y francés a sus compañeros de Corporación, que se pusieron en pie para aplaudirle tras conocerse el resultado de la votación: 26 votos a favor y 3 papeletas en blanco.

A la misma hora, en la Casa de las Asociaciones de Baiona, un emocionado Jean-René Etchegaray estrenaba su segundo mandato. Ante medio centenar de personas, el acto de investidura se celebró bajo la batuta de la veterana edil ecologista Martine Bisauta.

Como «muestra de cortesía republicana», como explicó Henri Echeto, ni el candidato socialista ni su compañero de alianza, Mathieu Berge, presentaron candidatura alternativa ni participaron en las votaciones.

Etchegaray fue elegido con los votos de su grupo, que tendrá la mayoría absoluta. Recibió 35 a favor, mientras que se registraron 3 en blanco.

En su primer discurso como alcalde reelegido rindió homenaje a los profesionales y servicios que protegieron a la ciudadanía durante la crisis del covid-19 y apeló a «construir un modelo de ciudad resiliente, que sea capaz de anticipar y de hacer frente a las crisis». Una Baiona, añadió «respetuosa con la historia de la ciudad y con su anclaje en el territorio».