Iker GURRUTXAGA
NAIZ KONTZERTUAK

Esne Beltza volvió a rugir en Kafe Antzokia de Bermeo

La banda sacó a relucir la colorida melena del león que tiene como imagen del grupo en el Kafe Antzokia de Bermeo. Ofrecieron una hora de intenso espectáculo, marca de la casa.

Luces cálidas y sonido potente fueron la oferta principal de la banda con un Zigor DZ como maestro de ceremonias. Es así como arrancó el concierto, con él entre dos medias bolas de cristal, Pini rapeando desde el público y el grueso de la banda accediendo por detrás del escenario para tocar los primeros acordes de “Mi revolución”.

El mismo Xabi Solano arrancó la primera parte con micrófono en mano y con mucha energía, como el resto de la banda. Y no era para menos, ya que la banda llevaba casi 8 meses de parón tras el último concierto ofrecido en diciembre del año pasado.

La mayor parte del concierto lo dedicaron a presentar el último álbum “Ni”. Curiosamente, con la canción que da nombre al disco entró en escena uno de los invitados de la noche, el breakdancer de Iruñea “Txino”. El bailarín ha ofrecido bellos momentos en la trayectoria de Esne Beltza, y la del viernes no fue una excepción. Puro show.

La formación de la banda no ha variado demasiado en el tiempo y por ello cuando tocaron “Izar”, la versión 2.0 de un clásico de Etzakit, nos dimos cuenta que aquellos recién iniciados en la escena, todavía siguen ocupando la primera línea de frente junto a Xabi Solano tras más de 20 años. Hablamos de los incombustibles Joan Mari Beasain y Aitor Zabaleta.

El ambiente festivo se palpaba en el aire viendo las imágenes del Kafe Antzokia de Bermeo. Canciones como “Argitzeraino” o “Euskaraz bizi nahi dut” animaron al público, que entre la lluvia de confeti empezaba a interactuar con la banda cantando entre otros el himno a favor del euskara.

Tras un primer tramo enérgico Joan Mari dejó la guitarra para agarrar el pandero, y bajo un sonido de sirenas, junto con Solano entonaron el tema “Inpernuko”, tema creado en homenaje al pueblo de Gernika, que recuerda el sufrimiento de la guerra. Para la ocasión, la banda tuvo la presencia de los bailarines de Kukai.

Fiesta y reivindicación

Esne Beltza dejó claro una y otra vez que mientras se festeja siempre hay espacio para la reivindicación. Mensajes a favor de los presos en las canciones “Mugitu harriak” o “Gogoak”, recordaron a Iñigo Cabacas en la canción “Hil zuten”, salieron en contra del acoso en “Paretaren kontra” o a favor del feminismo en “Ez da ezetz”, demostrando una vez más el compromiso social que tiene la banda.

Pusieron la guinda al pastel con un último “Pasodoble” apoteósico, con la gente de pie y bailando. Lo dieron todo. Todos. Eso sí, respetando lo dicho por Xabi Solano: sin moverse del sitio y con la máscara puesta.

La furia del león estuvo presente en la hora que duró el concierto de Kafe Antzokia. La banda hambrienta salió como las leonas salen a cazar. El público fue presa fácil en Bermeo, y no es de extrañar viendo la energía que transmitió una vez más Esne Beltza. Ahora pueden descansar de nuevo plácidamente, hasta que les surja una nueva oportunidad para cazar.