El covid causó la muerte de 62 personas en la CAV en la semana comprendida entre el 14 y el 20 de setiembre; 85 si se incluyen los fallecimientos de personas que habían tenido test positivo en los últimos dos meses. Es la cifra más alta de esta segunda ola y muestra que la buena tendencia de las últimas jornadas en cuanto a casos detectados todavía no se está reflejando en el número de decesos.

Pero dentro de la tragedia que supone cada muerte, el dato más inquietante del informe semanal difundido ayer por Osakidetza es que en el casillero de las defunciones provocadas por este nuevo virus aparece un menor de edad. En concreto, un niño o niña de entre 0 y 9 años.

Es la primera vez desde la irrupción de la pandemia que fallece una persona de tan corta edad, una franja entre las que se han detectado ya 2.196 positivos. Desde Lakua no aportaron ninguna información más al respecto, pero la agencia Efe indicó, citando fuentes del Departamento de Salud, que el menor tenía patologías graves previas y que no ha fallecido por causa directa del covid-19, aunque sí ha padecido esa enfermedad.

En todo caso, sorprende que el Ejecutivo no facilitara ningún dato sobre este deceso, que puede dar pie a especulaciones que provoquen alarma, sobre todo entre madres y padres de menores. Y es más extraño cuando ayer por la tarde el coordinador del Programa de Vigilancia y Control del Departamento de Salud y de Osakidetza, Ignacio Garitano, compareció en rueda de prensa, precisamente, para analizar ese boletín semanal.

De hecho, en vez del miércoles, como es habitual, el informe se publicó este jueves justo antes de la comparecencia de Garitano, cuya intervención fue muy breve, de apenas tres minutos sin las preguntas de los periodistas. Que los medios no hubieran podido acceder al documento hasta poco antes de que comenzara la rueda de prensa quizá evitó que el coordinador tuviera que dar explicaciones sobre el fallecimiento de ese menor.

Los casos han bajado un 29%

A 20 de setiembre, 1.898 personas habían muerto con covid en la CAV, una cifra que ya ha sido superada, pues en las últimas jornadas se está reportando fallecimientos en residencias a diario, aunque habrá que ver si en el próximo informe semanal empieza a notarse la caída en los casos detectados. Hasta un 29% han bajado los positivos en tres semanas: de los 4.564 contabilizados en el informe publicado el 2 de setiembre a los 3.245 de ayer. De esta forma, la incidencia acumulada en una semana por cien mil habitantes era de 149,68 el día 20, la cifra más baja desde el 16 de agosto, en una serie que llegó a alcanzar los 213,85 el día 29 de ese mes.

Dentro de esa buena tendencia general, destaca la evolución de Bizkaia, que llegó a alcanzar un pico de más de 225 casos por 100.000 habitantes y que ahora es el herrialde con menor afección del virus, al contrario que Gipuzkoa, con la mayor incidencia en este momento: 175 casos.

Peores cifras presenta sin embargo Nafarroa, que ronda los 300 positivos semanales por cien mil habitantes, aunque ayer reportó 84 casos menos que la víspera, 337, con una positividad del 9,7%. Es una pequeña mejora que no alivia una situación que es preocupante.

Como no la complica el pequeño repunte en la CAV, que suma 518 contagios, el 4,7% de los 10.825 test PCR realizados en la jornada del miércoles. El 28% de esos nuevos casos, 145, corresponde a personas de entre 0 y 19 años, el colectivo de edad más numeroso, por delante de los 86 contagios de quienes están entre los 40 y los 49 años. De esta cifra, 111 se corresponden con adolescentes de entre 10 y 19 años, y los 34 restantes son niños de hasta 9 años. Sin embargo, Lakua no atribuye este número a la actividad escolar, según indicó Garitano.

PNV y PSE mantienen su línea conformista en Salud y ante los despidos en empresas

PNV y PSE mostraron ayer su línea conformista ante las peticiones de que se incremente la plantilla de Osakidetza, el número de rastreadores y las posibilidades de hacer test PRC, pero también ante la evidencia de que grandes empresas con beneficios van a aprovechar esta crisis para ejecutar despidos y rebajar salarios. EH Bildu había presentado una proposición no de ley sobre la primera materia, y Elkarrekin Podemos sobre la segunda. Ambos grupos de la oposición se pusieron de acuerdo entre sí para buscar enmiendas transaccionales. No fue posible, sin embargo, llegar a puntos de encuentro con los partidos que soportan al Gobierno de Iñigo Urkullu.

En materia de salud, desde la izquierda se hacían propuestas con cifras argumentadas, pero la respuesta de PNV-PSE fue conjugar los verbos «continuar», «adecuar», «seguir»... Sus portavoces acusaron a Rebeka Ubera, de EH Bildu, de escapar del acuerdo cuando la enmienda recogía la práctica totalidad de sus propuestas iniciales, lo que la proponente refutó con cifras. Y, como dijo Jon Hernández, de EP-IU, «si aceptan casi todo el contenido, ¿para qué presentan una enmienda a la totalidad?».

EP-IU llegó a un acuerdo con EH Bildu para considerar «mala praxis» que empresas con beneficios despidan, rechazar las bajadas de sueldo y denunciar que la actual legislación laboral es negativa para los trabajadores. Los partidos del Ejecutivo evitaron la críticas a las empresas, con una llamativa defensa del PSE de no interferir y «respetar la autonomía de las partes» a la hora de aceptar despidos y bajadas de sueldos.I. IRIONDO