En Madrid se está viviendo un cerco que recuerda al que sufrió en el 36, una situación de emergencia que afecta de lleno a la vida cultural, de la que forman parte esencial los cines. La pandemia no ha hecho sino agravar una crisis que se remonta a cinco décadas atrás, ya que de los 160 cines que había en 1970 se ha pasado a los actuales 23. De los decanos pocos resisten ya, siendo el más antiguo el Doré, que data de 1912 y sirve de sede a la Filmoteca. Pero han caído muchos, y por ejemplo en el local de los Roxy van unos supermercados y el Real Cinema ha sido adquirido por un grupo hotelero. En la calle Fuencarral había ocho cines, de los que únicamente quedaban el Proyecciones y los Paz, que por el momento no han tenido otro remedio que bajar la persiona y cerrar.

Paz se fundó en 1943 y en 1997 se reconvirtió en multicine con cinco salas. Para sobrevivir a la especulación, con continuas ofertas por el solar que ocupan, se modernizaron en la era de la digitalización y programaron óperas o conicertos en directo. Intentaron atraer a un público más joven con el estreno de “Parásitos”, pero todo ha sido en vano. La reapertura entre julio y agosto no ha funcionado finalmente, sobre todo debido a las crecientes restricciones de movilidad que complican el transporte y los desplazamientos de la gente de cierta edad. Es una empresa familiar y prometen volver con la vacuna.