«En un segundo todo se rompe», afirmó ayer la alcaldesa de Lapuebla de Labarca y así fue para Daniel Espada, exalcalde de la localidad, y su primo carnal Marcos Gallurralde, los dos fallecidos en el «suceso terrible que ha conmocionado» a Lapuebla de Labarca.

Los dos trabajaban en la bodega familiar Espada Ojeda cuando perdieron la vida. Ocurrió a las 19.40, cuando uno de los dos fallecidos cayó al interior de un depósito de 5.000 litros donde se estaba fermentando la uva recogida en la vendimia de esta temporada en las instalaciones de la bodega.

La tesis barajada es que probablemente el gas carbónico que se desprende en el proceso provocara que la persona caída se desvaneciera y perdiera el conocimiento dentro del silo, por lo que su compañero se lanzara a ayudarle y le ocurriera lo mismo, según divulgó Efe citando fuentes del Instituto de Seguridad y Seguridad Laboral-Osalan, que investiga lo sucedido.

Una carretilla volcó el depósito y los efectivos de los Bomberos y Ertzaintza trasladados a la bodega rescataron los cuerpos de los dos trabajadores, pero para entonces los sanitarios ya nada pudieron hacer por ellos.

La alcaldesa de Lapuebla de Labarca, Maite Córdoba, informó de los tres días de luto en la localidad aprobados por unanimidad en el pleno celebrado a primera hora de la tarde.

Desde mañana y hasta el domingo, las banderas de todos los edificios municipales ondearán a media asta.

Explicó que también se barajó la posibilidad de llamar a una concentración silenciosa en la plaza, acto descartado para evitar la previsible reunión de un gran número de personas en una situación de crisis sanitaria.

Señaló que Espada y Gallurralde eras dos personas «muy queridas» en la localidad, que «ha sufrido un duro golpe». Recordó que recientemente Daniel Espada, primo de su marido, le comunicó que estaba muy contento por el desarrollo de la vendimia, sin problemas de contagio por el covid-19, y por cómo se encontraba la comarca, en general.

Sindicatos piden medidas para evitar muertes

UGT, CCOO y LAB reclamaron ayer a las patronales agrarias la adopción de medidas para evitar muertes como las ocurridas en Lapuebla de Labarca.

UGT lamentó «la precariedad que a menudo sufren los temporeros de las campañas de vendimia» y señaló que «por desgracia la seguridad y salud laboral suelen quedar relegadas a un segundo plano».

CCOO denunció la «inasumible» factura de la siniestralidad laboral –en lo que va de año son al menos 52 las personas fallecidas en accidente laboral en Hego Euskal Herria– y exigió «que se impartan en todas las empresas medidas preventivas encaminadas a prevenir los riesgos laborales».

LAB planteó, en este sentido, cuántas muertes de trabajadores hacen falta para que las instituciones «tomen de una vez cartas en el asunto». Recordó que en épocas de vendimia la cantidad de trabajo conlleva «presiones y cansancio acumulado», lo que aumenta la posibilidad de sufrir accidentes. GARA