Joseba ITURRIA
REAL

La victoria más triste ante un rival que no quería jugar

El Granada se vio obligado a presentarse con siete jugadores del primer equipo y finalizó con cuatro con una alineación indebida que perjudicó a la Real.

REAL SOCIEDAD 2

GRANADA CLUB FÚTBOL 0


La Real llega como líder de Primera al parón por compromisos de las selecciones tras sumar su quinta victoria consecutiva en Liga y la sexta en los siete partidos que ha jugado en veintidós días en los que solo encajó una derrota ante el Nápoles en un duelo en el que mereció más.

La de ayer fue la victoria más triste porque, si ya lo es el fútbol sin público, más cuando un rival no quiere jugar un partido porque no tiene jugadores para hacerlo. El Comité de Competición desestimó a primera hora de la mañana la petición de aplazamiento que había solicitado el Granada, que se vio obligado a viajar al mediodía con siete jugadores del primer equipo, futbolistas del filial que como ellos tenían anticuerpos por pasar el coronavirus y un portero del juvenil que fue el mejor del encuentro. Llegaron directos a Anoeta sin pasar por ningún hotel y acabaron el partido con solo cuatro del primer equipo con una alineación indebida porque el mínimo es cinco y Diego Martínez desde su casa decidió que el entrenador de porteros que dirigía a su equipo en Anoeta sustituyera a tres futbolistas que tenían problemas.

Así el Granada jugó los últimos quince minutos con alineación indebida y esa irregularidad perjudicó a la Real, que en la primera parte compitió como debía hacerlo y marcó dos goles que pudieron ser más. En la segunda bajó su intensidad ante el rival de circunstancias que tenía y tras ver que el Granada incumplía el reglamento se fue del partido en los últimos minutos. Eso le costó una expulsión de Le Normand, que no podrá jugar el siguiente partido aunque se impugne el partido, y con diez Remiro impidió el 2-1 al detener el penalti a Machís.

Primer partido de Zaldua

Imanol aisló a sus jugadores de todo lo anormal que rodeaba el encuentro, presentó un buen once con la primera titularidad de Zaldua de la temporada y sus jugadores comenzaron como lo hacen siempre. Así se vivió un monólogo de 75 minutos porque el Granada no era un equipo, sino once jugadores nada compenetrados, algunos sin estar en condiciones y en posiciones que ni conocían. El mejor fue el portero juvenil Ángel, que impidió que la Real lograra una goleada y no solo por detener un penalti que no debió tirar Willian José en la segunda parte.

Ya quiso tirar el primero, pero Oyarzabal impuso su eficacia, ha transformado todos los que ha lanzado mientras el brasileño ha fallado ya cuatro. Poco antes Monreal había marcado. Con el 2-0 y la ausencia de rival la Real bajó su intensidad en la segunda parte, aunque llegó con un 22-0 en remates y un 15-0 en corners a los últimos minutos. Pero se fue del partido y lo pagó con la expulsión de Le Normand y el penalti. Fue el triste epílogo a una lástima de partido porque solo lo quiso jugar un equipo.

Imanol: «No era fácil para nosotros ni para ellos»

Imanol reconoció que «no era fácil el contexto para nosotros ni para ellos y tengo que felicitar a mis jugadores porque han salido en el primer tiempo enchufadísimos». Menos le agradó el final. Sobre los 20 puntos en nueve jornadas dijo que «podíamos estar mejor porque merecimos ganar al Valencia. También deberíamos llevar más goles y hoy hemos regalado la expulsión del final. Hacemos muchas cosas bien, pero tenemos mucho margen de mejora y, si nos relajamos como en el segundo tiempo, no somos nada». J.I.