El Gobierno de Lakua ha aprobado un nuevo paquete de ayudas para la hostelería dotado con treinta millones, con cuantías que oscilarán entre los 3.000 y los 4.000 euros por negocio en función del número de trabajadores. El consejero de Turismo, Comercio y Consumo, Javier Hurtado, explicó ayer que estas ayudas serán compatibles con otras del Ejecutivo o de otras instituciones, y que el único requisito para acogerse a ellas será el compromiso de mantener la actividad durante al menos cuatro meses desde que se levanten las restricciones y estos establecimientos puedan reabrir.

El anuncio llega después de las críticas recibidas por el Ejecutivo por parte de representantes del sector hostelero, y tras las manifestaciones que el sábado reunieron a miles de personas que exigían un plan de rescate para un colectivo que ve peligrar sus puestos de trabajo.

En total, en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa hay 12.219 establecimientos, de los que 8.297 tienen menos de tres empleados, 3.224 cuentan con plantillas que oscilan entre los cuatro y los diez, y los 698 restantes tienen más de 10 trabajadores y trabajadoras.

Los establecimientos de menos de tres trabajadores podrán recibir una ayuda directa de 3.000 euros; los que tienen hasta diez 3.500 euros y el resto, 4.000. Quedan excluidas de esta convocatoria las empresas del sector que tengan más de cincuenta trabajadores y aquellas que antes de la pandemia tuvieran como fuente de ingresos principal el reparto a domicilio.

Según explicó Hurtado, con este nuevo fondo de 30 millones el Ejecutivo busca «proteger y dar soporte a la hostelería vasca para minimizar el impacto económico de la crisis sanitaria», dado que este sector se ha visto, admitió, «especialmente afectado» por las medidas para contener la pandemia, que incluyen desde el pasado sábado el cierre de bares y restaurantes.

EH Bildu cree que «no bastan»

Sobre este asunto, EH Bildu valoró que las ayudas «van en una buena dirección», pero advirtió de que «son tardías, parciales e insuficientes», ya que son cifras que no bastan «para compensar las pérdidas que los hosteleros han acumulado durante estos últimos meses ni tampoco para hacer frente a la situación que van a tener que afrontar cuando reabran, seguramente con medidas restrictivas de su actividad y, por tanto, de su capacidad de generar ingresos».

El parlamentario soberanista Iker Casanova destacó al respecto la necesidad de poner en marcha con urgencia «un plan de rescate integral de la hostelería que trate cuestiones como los alquileres y, sobre todo, ayudas estables que se mantengan mientras dure la situación de crisis y excepcionalidad que está padeciendo el sector».